
¡Y qué bien si nadie tuviera la valentía de dar la cara y exponerlo! Para eso se ha tenido que sufrir un proceso de transformación, a base de aprender de los fallos y errores. A base de escribir muchísimo, y en diferentes lugares. No todo el mundo está dispuesto a ello. Hay quien sí, y cada vez habrá más personas que lo hagan.