TARDAJOS: A RODRIGO TOBAR MAYORAL, en su memoria...

A RODRIGO TOBAR MAYORAL, en su memoria

Niño, me han dicho que te has ido
a alumbrar nuestros pasos en la niebla,
que estarás ahí, esperándonos
hasta el día que nos llamen de este mundo:
trampa, atajo de mentiras,
pequeño paraíso y cielo en tierra.
A veces un suplicio,
en ocasiones, remanso de paz;
otras, olvido.

Hoy quiero agradecerte esa mano amiga,
esa amistad de niño, ¡tan sincera!,
esas travesuras compartidas,
ese correr mil aventuras
de días luminosos, de noches estrelladas,
de bellos cantos a la luna.
¡Menos mal que fuisteis tan felices!

Un día correteando por la Vega o
descendiendo en trineo por el Castro
sobre la blancura y la friura de la nieve.
¡Menos mal que nunca os sentisteis solos!
Siempre juntos hasta decidir la vida propia,
y emprender nuevos caminos,
hasta el viaje final
donde ya es inútil la presencia
si se cautiva el pensamiento,
si los recuerdos nos envuelven.

No, Rodrigo, no se muere
si vives en la mente de los tuyos
que jamás podrán olvidarte;
como todos nos acordamos de los nuestros.

¡Qué dura es la vida y cómo duele!
¡Cómo sangra y se desangra,
a base de sufrimiento y amarguras!
¡De ausencias, de pesares, de lentas agonías
que vierte en el crisol del tiempo,
sus diminutos granos de arena!

Grano a grano nos colma la vida
de desprecios, sinsabores, desdichas y nostalgias.
Grano a grano vienen alegrías, esperanzas y
bálsamos de mieles y dulzuras.

Grano a grano se va un amigo
de un día para otro, y no volver.
Solo recordar su estela, su rostro,
su amistad en vida,
sus bellos gestos, su acogida...

Triste reloj de arena que lento pierde sus horas
y nos arrebata el alma de un soplo en un verbo.

Carmen García