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TARDAJOS: La calle Real, ayer mismo con anécdota incluida. ...

La calle Real, ayer mismo con anécdota incluida.
La verdad es que se veía el pavimento fresco y como sabéis que la curiosidad mató al gato, allí fui. Antes de estropear la obra decidí poner un dedo en el suelo y ver el grado de humedad existente, cuando de repente alguien me gritó,

-no pises, no pises- que está muy tierno.
-Pero hija, ¿es que no ves que no he puesto el pie tan siquiera, que sólo la yema de un dedo de mi mano para sentir qué podría pasar si pisara?
Y me reí muy a gusto en lo celosa que es la gente. Aún así había huellas de un gatillo que pasó cuando nadie le veía o a la vista de cualquiera.
Luego seguí por la acera, enorme, en el lado derecho camino de la panadería. Más aceras que calle, que tendrá que ser de vía única. Creo que de salida a la carretera. Y en las aceras irán los adoquines...
Pero lo más importante a resaltar de la obra, que ha costado un montón de pasta es que no es práctica para quien vive y tiene su coche, ya que no podrán aparcar, como se está diciendo estos días. Pues nada, que como la acera es tan grande que lo hagan encima de ella, dejando un paso para los peatones. Ya nos las arreglaremos pasando por el medio si no hay tráfico. Y si no, que aparquen en la plaza mayor antes que acometan nuevas obras. O que hubieran reclamado cuando se estuvo a tiempo de hacer alegaciones al proyecto.

Otra de las particularidades es que no se ha tocado el alcantarillado para nada. Siguen con el viejo alcantarillado, que harto tienen los pobres con pagar las deudas, porque hubiera sido demasiado para el poco presupuesto que maneja este ayuntamiento acometer tamaña hazaña. O sea que no hemos avanzado tanto.
No entiendo este tipo de obras, desde luego. Que con tanto espacio como había para todos ahora haya tan poco, para nadie...

Y qué risa cuando volvía de la panadería por la calle del Obispo Tobar... un vecino pasando porque tenía que ir a su casa a comer, imagino. No hijas e hijos, los de otras calles no vamos a pisar el cemento tierno ni a poner nuestras huellas.