Hoy es primero de marzo, y como el año pasado acudo a la cita poética. La inspiración llega cuando tiene que llegar, y ayer, llegó para mí, y hoy ya hay un poema a la nueva calenda que nos toca. De primavera que no tiene por qué ser amorosa y tierna, en este caso es que viene cargada de heridas de antaño. Que se mezclan en el presente con más noticias sobre los peligros que nos pueden arrebatar la vida. Pensar que lo que pase a nuestro alrededor, en nuestro mismo pueblo no nos puede afectar, es un error.
Ayer, tan contenta fui a Rabé y volví de lo más sombría pues los lodos vuelven a ser protagonistas en el Alfoz burgalés. Ahora están presentando alegaciones en Quintanadueñas y en Pedrosa de Río Urbel por unos terrenos en Arroyal y en Marmellar de abajo donde quieren instaurar otra planta de lodos. ¡Pobres pueblos! Menos mal que allí sus alcaldes tienen más categoría y moralidad y podrán defenderse.
Pero ¿por qué siempre tenemos que estar defendiéndonos mientras dictan nuestra sentencia de muerte, desolación e inclemencia?
Ellos se defenderán y ¿nosotros?, Otra vez maniatados. Y no puedo menos que sacar mis temores para compartirlos. ¡Qué vida esta! El año pasado tan contenta creando unas marzas llenas de esperanza, y este año, llenas de amargura. Así es la vida... cuando quien manda, manda sin atender a razones.
También se la he enviado a la Junta esta marza mía de este año, para que vean, que nos harán, que muchos se callarán por lo que les hagan pero que no se pueden quedar como si nada si alguien va a derecho a reclamar lo que nos pertenece, la pureza del aire, de las fuentes que nos arrebatan los capitalinos y no la devuelven.
Hay quien se toma la justicia para sí mismo, y yo reparto palabras para todos.
Ayer, tan contenta fui a Rabé y volví de lo más sombría pues los lodos vuelven a ser protagonistas en el Alfoz burgalés. Ahora están presentando alegaciones en Quintanadueñas y en Pedrosa de Río Urbel por unos terrenos en Arroyal y en Marmellar de abajo donde quieren instaurar otra planta de lodos. ¡Pobres pueblos! Menos mal que allí sus alcaldes tienen más categoría y moralidad y podrán defenderse.
Pero ¿por qué siempre tenemos que estar defendiéndonos mientras dictan nuestra sentencia de muerte, desolación e inclemencia?
Ellos se defenderán y ¿nosotros?, Otra vez maniatados. Y no puedo menos que sacar mis temores para compartirlos. ¡Qué vida esta! El año pasado tan contenta creando unas marzas llenas de esperanza, y este año, llenas de amargura. Así es la vida... cuando quien manda, manda sin atender a razones.
También se la he enviado a la Junta esta marza mía de este año, para que vean, que nos harán, que muchos se callarán por lo que les hagan pero que no se pueden quedar como si nada si alguien va a derecho a reclamar lo que nos pertenece, la pureza del aire, de las fuentes que nos arrebatan los capitalinos y no la devuelven.
Hay quien se toma la justicia para sí mismo, y yo reparto palabras para todos.