VIEJAS HERIDAS EN MARZO
QUE RESUCITAN
Ha llegado marzo que hiere de nuevo
al son de viejas quejas
y heridas que quedaron siempre abiertas.
“Quedaron siempre abiertas”,
repite el eco de la paramera.
La afrenta de una ciudad poderosa
a pueblos sin defensa.
Una ciudad que te manda y ordena
“ ¡Ahora no te defiendas!”
por tantos agravios de tu pasado,
por heridas, que quedaron siempre abiertas.
Contaminaron manantiales, fuentes
y el aire de los cielos
con impúdicos olores en Burgos.
¡Alfoz de Burgos!, ¿no tienes derechos?
¿Villalón y Tardajos…?
Localidades eternas del feudo.
¿No es suficiente afrenta?
¡Gentes, alzad la voz!
Palabras cristalinas de una fuente
contra la sinrazón,
llana enseña del castellano viejo
de una Castilla herida y sumisa
en su caudal eterno.
¿Vas a seguir callando
mientras el lodo te atraviesa y tiñe
y envenena tu esencia?
¡Sumisa Castilla, despierta!
¡Mi voz no puede sola!
Se necesitan más voces que clamen
el debido respeto
hacia nuestros terrenos,
a la limpieza del páramo roto,
abierto al son de tanta inclemencia.
¡Rompe el silencio que daña tu tierra!
Contaminó fuentes y manantiales
de un solitario páramo
y de otros del Alfoz,
y sin gota de consideración.
Engaños y triquiñuelas legales.
Alojamos como hoy al enemigo,
propio del desencanto,
paraliza la vía judicial.
Vivimos en un pueblo de traiciones
que suspende en el aire los lamentos,
¡nos niegan como antaño la defensa!.
¡Justicia! que tanto bien nos hiciera.
¿Es justicia, una farsa?
Que maneja el que manda en el despacho,
como Judas y sus treinta monedas.
¡Marzo del desengaño,
mentira, traición y vileza al pueblo!
Niegan explicaciones,
nos imponen el criterio de un necio,
dislate, de un carajaula de oficio.
Pueblo del vilipendio,
indefenso,
por el concejo que ellos eligieron.
Llega primero de marzo y azuza
arrebato en la noche,
sin estrellas, sin luna y con tormenta.
La nueva calenda de este año en marzo.
Carmen García
QUE RESUCITAN
Ha llegado marzo que hiere de nuevo
al son de viejas quejas
y heridas que quedaron siempre abiertas.
“Quedaron siempre abiertas”,
repite el eco de la paramera.
La afrenta de una ciudad poderosa
a pueblos sin defensa.
Una ciudad que te manda y ordena
“ ¡Ahora no te defiendas!”
por tantos agravios de tu pasado,
por heridas, que quedaron siempre abiertas.
Contaminaron manantiales, fuentes
y el aire de los cielos
con impúdicos olores en Burgos.
¡Alfoz de Burgos!, ¿no tienes derechos?
¿Villalón y Tardajos…?
Localidades eternas del feudo.
¿No es suficiente afrenta?
¡Gentes, alzad la voz!
Palabras cristalinas de una fuente
contra la sinrazón,
llana enseña del castellano viejo
de una Castilla herida y sumisa
en su caudal eterno.
¿Vas a seguir callando
mientras el lodo te atraviesa y tiñe
y envenena tu esencia?
¡Sumisa Castilla, despierta!
¡Mi voz no puede sola!
Se necesitan más voces que clamen
el debido respeto
hacia nuestros terrenos,
a la limpieza del páramo roto,
abierto al son de tanta inclemencia.
¡Rompe el silencio que daña tu tierra!
Contaminó fuentes y manantiales
de un solitario páramo
y de otros del Alfoz,
y sin gota de consideración.
Engaños y triquiñuelas legales.
Alojamos como hoy al enemigo,
propio del desencanto,
paraliza la vía judicial.
Vivimos en un pueblo de traiciones
que suspende en el aire los lamentos,
¡nos niegan como antaño la defensa!.
¡Justicia! que tanto bien nos hiciera.
¿Es justicia, una farsa?
Que maneja el que manda en el despacho,
como Judas y sus treinta monedas.
¡Marzo del desengaño,
mentira, traición y vileza al pueblo!
Niegan explicaciones,
nos imponen el criterio de un necio,
dislate, de un carajaula de oficio.
Pueblo del vilipendio,
indefenso,
por el concejo que ellos eligieron.
Llega primero de marzo y azuza
arrebato en la noche,
sin estrellas, sin luna y con tormenta.
La nueva calenda de este año en marzo.
Carmen García