Pues sí, esta carta se la dirigí hace una semana al facebook de la Junta de Castilla y León, y ahí sigue, a la que hoy he añadido dos comentarios más. Además, una foto del campo tardajeño con un poema mío también.
Otra cosa no será, pero el campo castellano en primavera es una maravilla donde destacan las flores, cuyo futuro sea quizás incierto; el campo verde, en el que todo está por decidir si prosperará o no. Nada se sabe de antemano y se deberán dar varias condiciones hasta lograr una cosecha de lo que sea.
Para mí es una suerte que, a pesar de los problemas, contemos con la palabra como defensa propia. La pena es que muy pocos la usan, que bien pudieran expresar a tiempo real lo que piensan y no en el lugar que creen que mandan. Cada cual hace lo que puede, desde luego. Y si ellos hacen así, una, que tiene personalidad propia, y no se deja guiar ni amordazar por quien no puede arrebatar la palabra, sigue en sus trece. No me voy a rendir sin plantar cara a los problemas reales que tenemos. Y no voy a admitir ni triquiñuelas, ni mentiras. Si alguien miente, lo voy a desmentir puntualmente.
Hoy le digo al señor Fuentes en este mismo escrito que debieran haber dado clase al Chema en cuestión de configuración de facebook y lo que pasó, igual se hubiera evitado. Sin embargo, creo que no, ahora que reflexiono un poco más. Me hubiera bloqueado tarde o temprano. Si por un casual hubiera comentado algo de lo que pone, y no le hubiera gustado, lo hubiera borrado. O sea, que nada, ni sabiendo acerca de configuraciones si uno no tiene vocación de escuchar al prójimo. El que no está dispuesto a escuchar críticas, le da igual por qué medio se las remitas. Hay una regla infalible, si alguien, personalmente y en privado, no te atiende, rechaza lo que le dices, se enfada con la verdad que le planteas, no va haber nada que hacer. Así empezó esta enemistad mía con el señor alcalde. Fue porque llegaron los del diario de Burgos a hacerle una entrevista, y yo, por whatsapp le dije que si no consideraba que había mucho bombo y platillo, muchos medios desplegados, para tan pocas nueces como nos dio. Porque le dije que el tema de la tan traída y llevada tarjeta del anterior alcalde, no quedaba aclarado que la fuera a retirar. Y menudo, cómo se puso. Que eso era decisión del nuevo equipo de gobierno. ¿Y qué decidieron, finalmente? Quedarse con la tarjeta. Pero, la usó muy poco, no por decisión propia, sino por el control que la oposición ejerció, y yo misma, como asistente a los plenos, aportando luz y taquígrafo, gratis.
Y si eso hubieran hecho en legislaturas anteriores los de la oposición, no hubieran tenido tarjeta los anteriores alcaldes. Demostrado, ahora no la usa porque sabe que hay control permanente. Ahora si gasta para su vehículo, lo hace yendo a la gasolinera, llenando su depósito y dejando el vale en el ayuntamiento para que se pague puntualmente este servicio. Es que, como dijo en el pleno pasado, ¡Qué menos voy a gastar que combustible con tantos y tantos paseos que doy! A los medios, principalmente, y a la Diputación de Burgos a debatir o escuchar, dado el caso que él no es portavoz del grupo.
O sea, que si no es por la tarjeta, también se gasta por otro medio. Es que Santi usaba la tarjeta para casi todo. Y nadie le dijo nada nunca, y aunque ahora se hagan los tontos, eso se sabía con creces. Yo misma informaba de ello, pero como si oían llover, y es que germinarían los trigos. Hasta para pagar gastos cuando iba a Italia, de los que participaron concejales que ahora acusan de despilfarro. Roberto y Rodrigo, sin ir más lejos. El uno como concejal, el otro, como socio de actividades culturales o deportivas, no entro en detalles. Y contando, con que luego, esos gastos, eran subvencionados por la Comunidad Europea, por ser protocolarios del Hermanamiento de los pueblos. ¿Ahora no hay este tipo de subvenciones? Pues antes si las hubo. No hay como llegar a tiempo, y en caso contrario, tener que protestar contra lo que no se puede hacer.
Otra cosa no será, pero el campo castellano en primavera es una maravilla donde destacan las flores, cuyo futuro sea quizás incierto; el campo verde, en el que todo está por decidir si prosperará o no. Nada se sabe de antemano y se deberán dar varias condiciones hasta lograr una cosecha de lo que sea.
Para mí es una suerte que, a pesar de los problemas, contemos con la palabra como defensa propia. La pena es que muy pocos la usan, que bien pudieran expresar a tiempo real lo que piensan y no en el lugar que creen que mandan. Cada cual hace lo que puede, desde luego. Y si ellos hacen así, una, que tiene personalidad propia, y no se deja guiar ni amordazar por quien no puede arrebatar la palabra, sigue en sus trece. No me voy a rendir sin plantar cara a los problemas reales que tenemos. Y no voy a admitir ni triquiñuelas, ni mentiras. Si alguien miente, lo voy a desmentir puntualmente.
Hoy le digo al señor Fuentes en este mismo escrito que debieran haber dado clase al Chema en cuestión de configuración de facebook y lo que pasó, igual se hubiera evitado. Sin embargo, creo que no, ahora que reflexiono un poco más. Me hubiera bloqueado tarde o temprano. Si por un casual hubiera comentado algo de lo que pone, y no le hubiera gustado, lo hubiera borrado. O sea, que nada, ni sabiendo acerca de configuraciones si uno no tiene vocación de escuchar al prójimo. El que no está dispuesto a escuchar críticas, le da igual por qué medio se las remitas. Hay una regla infalible, si alguien, personalmente y en privado, no te atiende, rechaza lo que le dices, se enfada con la verdad que le planteas, no va haber nada que hacer. Así empezó esta enemistad mía con el señor alcalde. Fue porque llegaron los del diario de Burgos a hacerle una entrevista, y yo, por whatsapp le dije que si no consideraba que había mucho bombo y platillo, muchos medios desplegados, para tan pocas nueces como nos dio. Porque le dije que el tema de la tan traída y llevada tarjeta del anterior alcalde, no quedaba aclarado que la fuera a retirar. Y menudo, cómo se puso. Que eso era decisión del nuevo equipo de gobierno. ¿Y qué decidieron, finalmente? Quedarse con la tarjeta. Pero, la usó muy poco, no por decisión propia, sino por el control que la oposición ejerció, y yo misma, como asistente a los plenos, aportando luz y taquígrafo, gratis.
Y si eso hubieran hecho en legislaturas anteriores los de la oposición, no hubieran tenido tarjeta los anteriores alcaldes. Demostrado, ahora no la usa porque sabe que hay control permanente. Ahora si gasta para su vehículo, lo hace yendo a la gasolinera, llenando su depósito y dejando el vale en el ayuntamiento para que se pague puntualmente este servicio. Es que, como dijo en el pleno pasado, ¡Qué menos voy a gastar que combustible con tantos y tantos paseos que doy! A los medios, principalmente, y a la Diputación de Burgos a debatir o escuchar, dado el caso que él no es portavoz del grupo.
O sea, que si no es por la tarjeta, también se gasta por otro medio. Es que Santi usaba la tarjeta para casi todo. Y nadie le dijo nada nunca, y aunque ahora se hagan los tontos, eso se sabía con creces. Yo misma informaba de ello, pero como si oían llover, y es que germinarían los trigos. Hasta para pagar gastos cuando iba a Italia, de los que participaron concejales que ahora acusan de despilfarro. Roberto y Rodrigo, sin ir más lejos. El uno como concejal, el otro, como socio de actividades culturales o deportivas, no entro en detalles. Y contando, con que luego, esos gastos, eran subvencionados por la Comunidad Europea, por ser protocolarios del Hermanamiento de los pueblos. ¿Ahora no hay este tipo de subvenciones? Pues antes si las hubo. No hay como llegar a tiempo, y en caso contrario, tener que protestar contra lo que no se puede hacer.