Ya que he mencionado mi primer Camino, el del Cid os puedo decir la regla número uno que aprendíamos jugando en plena plaza de Ciruelos del Pinar: LA NO DISCRIMINACIÓN. Y esa es que nunca la he vivido aquí. Lo grave es que ahora es la regla que funciona desde el Ayuntamiento, en todas las relaciones con los vecinos. Antes era a nivel de niños, padres, etc.. y la cuestión se zanjaba en el colegio. Pero que un Ayuntamiento, a las claras lo predique con el ejemplo... queda mucho que desear. Lo concreto, se autoriza a un grupo a que con actividades del Ayuntamiento, discrimine a los niños, y eso hasta por escrito.