Hasta aquí, hice lo que había que hacer en la Fundación, y me preocupaba de que sus bienes estuvieran en orden. Como el solar del parque infantil no estaba lo cuestioné, y busqué que bien se incluyera, o que se supiera la razón por la que no constaba. Y lo supe, que como era un bien cedido no debería estar en el inventario de bienes.
Pero si deja de cumplir la razón por la que se le traspasó al Ayuntamiento para su uso, entonces deberá pasar de nuevo a la Fundación.
Eso por una parte. Lo que me dijo la secretaria de que el alcalde se iba a ocupar de dicha fundación, nada de nada.
Don Gonzalo me dijo que le ayudara y haciendo de tripas corazón me volví a quedar con los papeles. Dolores no constaba como secretaria siquiera. Nadie había hecho nada desde que dejé aquello. Las cuentas del 2015 no estaban ni hechas ni entregadas. Y entonces lo hice, di de alta a Dolores y concluí las cuentas del 2015, y en el 2017. Me costaba muchísimo quedarme con el trabajo que no me correspondía, la verdad. Y me hacía hasta daño moral.
Tuve los papeles en casa para seguir trabajando hasta el día de San Roque, y ese día, no fui porque la madrugada de la fiesta me estomagó. Ver a los jóvenes bajo mi puerta indecorosamente, me alertó. ¿Cómo es posible tanta indignidad, que tanto se exija a los perros y los jóvenes hagan delante de cualquiera lo mismo o peor?. La basura colmada y desperdigada por toda la plaza hasta la hora justa de la procesión de San Roque, y San Roque iba pasando ya por las calles limpias porque el muchacho contratado iba limpiando por delante. ¡En un día de fiesta! El trabajador discapacitado se veía obligado a limpiar lo que los jóvenes, sin ningún cuidado manchaban. ¡Menuda lección, me dije!
Esa misma mañana me encontré con Don Gonzalo, y se lo expuse. Y le dije además que ya no iba a hacer nada más. Que lo hecho, hecho estaba porque estuve hasta el 2015, hasta noviembre. Porque bien hecho estaba que Dolores estuviera figurando oficialmente en la Fundación pero que yo ya no iba a hacer más trabajo porque no me pertenecía. Bien estaba que yo ya no figurara, porque si una no se quitaba nadie la iba a quitar, por lo que pude ver.
No siendo juez yo ya no tenía obligación alguna de figurar donde no me correspondía figurar.
Y que eso es lo que tiene que exigir quien está al cargo o está contratado, hacer lo que es de ley hacer. Exigir sus horas y sus descansos, por ley.
Por ejemplo a ese muchacho que hacía más que los otros, le han despedido porque no ha vuelto a salir una plaza para discapacitados, ¡cuando él hacía por dos o por lo menos hacía lo que nadie hacía sin pertenecerle! Eso es un abuso de poder, o haces esto o te despido. Y no sólo eso, haces lo que no te pertenece hacer y de todas formas te voy a despedir porque no me eres rentable sin una plaza de discapacitado.
Menudo elemento tenemos por alcalde. Lo mucho que le interesa a él el colectivo de los discapacitados se ha visto de lleno aquí. Por el interés, te quiero Andrés. Sin ese interés, que al pueblo le sale muy bien, nada de nada. Hubo una plaza de persona normal a la que no quiso optar porque no le salían al pueblo tan rentable como ese trabajador que hacía lo mismo que una persona sin discapacidad. Es una vergüenza la desfachatez de algunos políticos.
Pero si deja de cumplir la razón por la que se le traspasó al Ayuntamiento para su uso, entonces deberá pasar de nuevo a la Fundación.
Eso por una parte. Lo que me dijo la secretaria de que el alcalde se iba a ocupar de dicha fundación, nada de nada.
Don Gonzalo me dijo que le ayudara y haciendo de tripas corazón me volví a quedar con los papeles. Dolores no constaba como secretaria siquiera. Nadie había hecho nada desde que dejé aquello. Las cuentas del 2015 no estaban ni hechas ni entregadas. Y entonces lo hice, di de alta a Dolores y concluí las cuentas del 2015, y en el 2017. Me costaba muchísimo quedarme con el trabajo que no me correspondía, la verdad. Y me hacía hasta daño moral.
Tuve los papeles en casa para seguir trabajando hasta el día de San Roque, y ese día, no fui porque la madrugada de la fiesta me estomagó. Ver a los jóvenes bajo mi puerta indecorosamente, me alertó. ¿Cómo es posible tanta indignidad, que tanto se exija a los perros y los jóvenes hagan delante de cualquiera lo mismo o peor?. La basura colmada y desperdigada por toda la plaza hasta la hora justa de la procesión de San Roque, y San Roque iba pasando ya por las calles limpias porque el muchacho contratado iba limpiando por delante. ¡En un día de fiesta! El trabajador discapacitado se veía obligado a limpiar lo que los jóvenes, sin ningún cuidado manchaban. ¡Menuda lección, me dije!
Esa misma mañana me encontré con Don Gonzalo, y se lo expuse. Y le dije además que ya no iba a hacer nada más. Que lo hecho, hecho estaba porque estuve hasta el 2015, hasta noviembre. Porque bien hecho estaba que Dolores estuviera figurando oficialmente en la Fundación pero que yo ya no iba a hacer más trabajo porque no me pertenecía. Bien estaba que yo ya no figurara, porque si una no se quitaba nadie la iba a quitar, por lo que pude ver.
No siendo juez yo ya no tenía obligación alguna de figurar donde no me correspondía figurar.
Y que eso es lo que tiene que exigir quien está al cargo o está contratado, hacer lo que es de ley hacer. Exigir sus horas y sus descansos, por ley.
Por ejemplo a ese muchacho que hacía más que los otros, le han despedido porque no ha vuelto a salir una plaza para discapacitados, ¡cuando él hacía por dos o por lo menos hacía lo que nadie hacía sin pertenecerle! Eso es un abuso de poder, o haces esto o te despido. Y no sólo eso, haces lo que no te pertenece hacer y de todas formas te voy a despedir porque no me eres rentable sin una plaza de discapacitado.
Menudo elemento tenemos por alcalde. Lo mucho que le interesa a él el colectivo de los discapacitados se ha visto de lleno aquí. Por el interés, te quiero Andrés. Sin ese interés, que al pueblo le sale muy bien, nada de nada. Hubo una plaza de persona normal a la que no quiso optar porque no le salían al pueblo tan rentable como ese trabajador que hacía lo mismo que una persona sin discapacidad. Es una vergüenza la desfachatez de algunos políticos.