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TARDAJOS: Hoy quiero hacer justicia, y elogiar a quien al menos...

Hoy quiero hacer justicia, y elogiar a quien al menos tuvo la deferencia de contarme los planes de la plaza, y tranquilizarme porque las secuoyas no las iban a cortar. ¿Pero y el resto de los árboles, esos no cuentan? Ya se verá, lo que sí se es que los árboles se comunican conmigo porque este día que tomé esta foto fue de lo más peculiar. Llovió cuando justo salí de paseo después de comer con los perros -alguien les tiene que dar la dignidad que merecen unos perros tan leales y de raza auténtica- y no me importó que lloviera, ni que el paraguas se hiciera trizas con el viento, porque pensaba que pronto iba a parar, y así fue. Justo, al cruzar la carretera salió el sol, y volví sin trastos a casa. Si se rompió el paraguas es porque en realidad estaba ya tocado y porque encima son unos paraguas que cada vez se hacen peor. Un trasto menos, me dije.
Y llegué a casa y vi un espectáculo precioso, el sol en las copas de los árboles luciendo a última hora. A por la foto del día me dije. Cuando no sabía nada de estos planes de ahora por lo que pude con ellos felicitar el 2018.
El que me escuchó fue el técnico, el señor arquitecto de la villa de Tardajos en la actualidad, a quien siempre nos remite en los plenos el señor alcalde, "no sin mi técnico", "el técnico lo dice y yo le doy la razón", "ya lo consultaré con el técnico", "el técnico lo dice, palabra de Dios" "no puedo contestar hasta que no no consulte con el técnico". Y no es el único técnico aquí, también el abogado que lleva el caso de los lodos tiene la misma consideración, "él lo ha hecho y yo le doy la razón", con respecto a la paralización del contencioso administrativo. O sea que quien manda aquí son los técnicos y este equipo entonces pinta menos que los pintamonos. Es la misma versión de este diputado y alcalde que tenemos. O lo ha dicho el técnico, o ya lo ha dicho él, que lo ha dicho el técnico y ya está dicho todo.
Así que me dije, a hablar con el técnico se ha dicho, y eso hice con los dos técnicos. Que aunque lo que me dijo el abogado no me gustó ni un pelo, al menos tuvo el detalle de hablar y contar algo. Pero no estoy de acuerdo con el abogado porque da la casualidad que ha cobrado mucho para no hacer nada. Porque el día que caduque el contencioso lo habremos perdido todo, él su defensa y todo el informe químico. ¿Para eso estudian estos técnicos? Da mucho que pensar que para lo que se estudia es para justificar, para hacer informes que luego no revierten en el pueblo sino en sus honorarios. ¿Esto es una defensa de los intereses de Tardajos? Para mi es una estafa al pueblo, una burla en toda regla. Que encima tenga la geta el señor alcalde de decir que lo que hace el abogado es porque se lo mandó el anterior equipo de gobierno cuando por activa y por pasiva se está pidiendo que seamos defendidos, que de aquel proceso nos quede un documento escrito por el cual todo que hemos pasado no va a volver a suceder nunca. Por escrito. Como quiere su señoría con una sugerencia, por escrito, una pregunta, por escrito.
¿Alguien me puede decir que aquí hay un buen colegio y los que mandan se conforman con la palabra y no exigen un documento escrito al Ayuntamiento de Burgos y a la empresa que gestiona los lodos después de haber gastado nosotros tanto en firmas de los vecinos, informes químicos, defensa jurídica ya cobrada por quien se supone debía defendernos y no paralizar el proceso?
Es una ofensa a nuestra inteligencia en toda regla.
Pero si eso es así, que venga el abogado y nos explique qué tipo de defensa es esa porque aquí hasta las piedras se mondan de risa con las explicaciones que nos da un señor diputado de la Diputación Provincial de Burgos. Que ya que él no es el responsable, que ya dijo en otro pleno anterior, que el responsable era el juez que había admitido la suspensión del contencioso, que el responsable era el abogado que había decidido lo mejor ¿para quien?, eso no nos queda nada claro. Y ya la última perla, que los responsables son quienes denunciaron a Burgos, que le dieron poderes al abogado y al procurador y desde entonces, ellos actúan por su cuenta, como alguien que da cuerda a un muñeco y este se mueve, justo hasta que la cuerda se acaba.
Seguiré con el otro técnico, el señor arquitecto.