TARDAJOS: Nos gustaba conversar en el viejo convento a Timoteo...

Nos gustaba conversar en el viejo convento a Timoteo Marquina y a mí. Él me contaba acerca del pasado y yo del presente. Él acerca de las dos tendencias en el antiguo seminario que iba a liquidar sus días, que me decía que él era de izquierdas, si se puede entender con eso que le gustaba García Lorca, que comprendía el tema de la libertad, la cultura que al pueblo se le debía dar tal como él sí enseñó a sus alumnos. La libertad distinguiéndola del libertinaje. Yo, a su lado una alumna más, al término de su vida. Yo le decía que no quería medir mis versos y él me decía que yo me lo perdía, pero que esa era mi elección. Pasó más frío en ese antiguo colegio suyo que un perro pequeño como vulgarmente se dice. Sus manos estaban entumecidas y aún así seguía escribiendo con muchísimo afán, y de todo. Le gustaba mucho que fuera a visitarlo y a mi me queda ese recuerdo para siempre de conversar con él cuando no sabía lo poco que le quedaba ya por vivir. Nos unía la poesía, la capacidad crítica, que a él le gustaba practicar en algo sencillo y ejemplar yhgggggggggggggggggggggggggggg ggggggggggggggggggggggy2111111 . 546999999999999999999999999999 9999999999985-esta es la escritura de mi gato Manolito, para que veáis que sabio es el tío, sabe escribir letras y números, y todo porque quiere ir a la cocina pero espera pacientemente hasta que termine. Le he abierto la puerta de la calle y ahora no se quiere ir. Quiere algo rico de su gusto- Otra vez vuelve a escribir. 546999999999999999999999999999 9999999999985. Letras y números escribe mi gato. Y más cosas hace por las que se hace querer y tener la entrada en casa. Prosigo con la lectura que me ha hartado mi gato y lo he mandado a paseo que hace un día muy bueno.
Cuando volvió Marquina aquí y vio que no había donde esperar al autobús se indignó y empezó a escribir al Diario de Burgos. A la tercera carta, lo consiguió. No hubo soberbia por parte de Raimundo, sino todo lo contrario. Raimundo no estaba acostumbrado a que nadie le dijera sus opiniones a la cara. Marquina, Silvino y yo, sí lo hacíamos, y algún otro pero "avis raris". Aquí, lo normal, callar, pues hay quien lo tiene como norma de guardar, "callar es de sabios". Así no lo he visto nunca yo, y por eso no lo practico. Cada cual hace lo que mejor cree.
Le propuse al antiguo director de los Padres Paúles, Timoteo, ir al "Petra Lafont" para hablar del pasado que vivió él, y lo hizo encantado. Disfrutamos todos con su charla sobre el pasado y la educación. Todo ello lo recogí en un artículo porque por aquel entonces yo era corresponsal y podía hacerlo. Hacía de todo y colaboraba con todo. Con lo único que no puedo colaborar es con la intransigencia, que es lo que nos toca vivir al día de hoy.