PLUMA DE AVE SOLITARIA (II)
No estaréis ahí bellos pinos
de mi ya vacía plaza
en tiempos de nevadas,
como gaviotas reidoras
con guirnaldas navideñas
de esperpénticas procesionarias
u orugas del mal,
y llevando mi desaliento
en pos de leal y aguerrida presencia.
¿Cuántas lágrimas mías no habréis soportado?
¿Cuántas noches insomnes de figura troquelada?
¡Cuántos recuerdos guarda mi retina!
Como oro en paño
al albor de vuestros años niños
para terminar talados,
por una motosierra
y con un buen proyecto
de la muy insigne villa tardajeña.
Todo un logro: tomar la vara
del síndico y dictar sentencia:
“ ¡deben morir para mi gloria!.
Me erijo en verdugo
de los más bellos ejemplares
nacidos en la tierra,
a golpe de desvelos y sinrazones.
No estaréis ahí bellos pinos
de mi ya vacía plaza
en tiempos de nevadas,
como gaviotas reidoras
con guirnaldas navideñas
de esperpénticas procesionarias
u orugas del mal,
y llevando mi desaliento
en pos de leal y aguerrida presencia.
¿Cuántas lágrimas mías no habréis soportado?
¿Cuántas noches insomnes de figura troquelada?
¡Cuántos recuerdos guarda mi retina!
Como oro en paño
al albor de vuestros años niños
para terminar talados,
por una motosierra
y con un buen proyecto
de la muy insigne villa tardajeña.
Todo un logro: tomar la vara
del síndico y dictar sentencia:
“ ¡deben morir para mi gloria!.
Me erijo en verdugo
de los más bellos ejemplares
nacidos en la tierra,
a golpe de desvelos y sinrazones.