PLUMA DE AVE SOLITARIA (III)
¡Oh blanquísima nieve
abriga aún sus ilusiones,
y que no sepan de esta amenaza!
¡Oh nievecilla del Castro
Que un día alumbraste chirivitas
baja envuelta en reluciente manto
en forma de justicia
a salvar las plantas de la plaza,
los pinos, las secuoyas,
el ciprés de Arizona,
los tres abetos que a sus pies
se debaten perecer en la nada
después de haberlo dado todo en vida,
tragarse los humos y dar oxígeno.
¡Oh nievecilla del Castro,
acércate, una vez más,
a salvar y a abrigar
los sueños de mis árboles.
Dame en este mes de marzo
la maestría necesaria
para actuar con tiento
y escribir en su defensa
¡Inocentes vecinos,
ejemplares y ahítos de vida.
No me resigno a que caigáis
de pies o de rodillas en el cadalso,
a que hagan tacos de vuestro tronco y ramas
y calentéis las chimeneas y las glorias.
¡No me resigno!
Y buscaré vuestra defensa
Por medio de palabras
¡Qué ingratitud y horrible pago!
Carmen García
¡Oh blanquísima nieve
abriga aún sus ilusiones,
y que no sepan de esta amenaza!
¡Oh nievecilla del Castro
Que un día alumbraste chirivitas
baja envuelta en reluciente manto
en forma de justicia
a salvar las plantas de la plaza,
los pinos, las secuoyas,
el ciprés de Arizona,
los tres abetos que a sus pies
se debaten perecer en la nada
después de haberlo dado todo en vida,
tragarse los humos y dar oxígeno.
¡Oh nievecilla del Castro,
acércate, una vez más,
a salvar y a abrigar
los sueños de mis árboles.
Dame en este mes de marzo
la maestría necesaria
para actuar con tiento
y escribir en su defensa
¡Inocentes vecinos,
ejemplares y ahítos de vida.
No me resigno a que caigáis
de pies o de rodillas en el cadalso,
a que hagan tacos de vuestro tronco y ramas
y calentéis las chimeneas y las glorias.
¡No me resigno!
Y buscaré vuestra defensa
Por medio de palabras
¡Qué ingratitud y horrible pago!
Carmen García