Tampoco me arrepiento de nada de lo que me ha hecho crecer como persona ni de remendar los libros del juzgado de paz, ni de serlo durante tantos años. Orgullosa de haber concluído una legislatura en la que fui elegida por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León como pude saber el día que mi mandato me lo anticiparon. Fue así, y si eso no se hubiera adelantado porque yo sabía que no coincidía con las fechas, entonces no me hubiera puesto en contacto con el Tribunal. Ahí fue cuando me dijeron que si me eligieron a mi fue porque el expediente no estaba bien hecho. En el adelantamiento de mis fechas, ya si se hizo correctamente, cosa que me alegro pero esas fechas que se pretendían adelantar, en la práctica no fue posible aunque el expediente fuera anterior. Si mi mandanto acababa en octubre, en la realidad acabó en noviembre, y no en agosto... Así fue el caso guste o no al personal.