Tantas cosas en la vida no pasan porque sí, sino por una razón que tan sólo lo sabe el propio destino. ¡Cuántas aventuras corrió ese móvil nuevo! Hasta un caco se lo intentó llevar de mi bolso un día en Barcelona hace un par de años cuando viajaba en el metro. Y cuando lo vio tan simple... y cuando un poli vestido de paisano intercambió con él una mirada y un grito, éste, me devolvió todo, hasta el último folleto que intentaba llevarse. El caco pensaba que yo lo había visto todo, y yo estaba en suspenso. Ni idea tuve hasta que el caco me dio mi móvil y todas mis pertenencias. Y luego, ya vi el resto de la película. Me pasan muchas cosas en la vida, y lo principal es que puedo ponerlo por escrito. Y eso es muy grande. No todo el mundo puede. Y aunque pudieran no se arriesgarían en salir defensor de nadie sino de si mismos. Poca gente o nadie es como yo, que da la cara, aún a riesgo de correr muchas aventuras y desventuras.
Yo los veo que lo que no pelearían por los demás, por lo de todos, lo pelean por si mismos, por su honor mancillado, orgullo herido, afán de poder, de venganza, de quitar al hermano lo que éste tanto peleó por todos, y por envidias enfermizas y malsanas. ¡Dios mío, cuánto mezquino suelto dentro y fuera de nuestras vidas! Líbranos Señor de tanta inmundicia humana.
Yo los veo que lo que no pelearían por los demás, por lo de todos, lo pelean por si mismos, por su honor mancillado, orgullo herido, afán de poder, de venganza, de quitar al hermano lo que éste tanto peleó por todos, y por envidias enfermizas y malsanas. ¡Dios mío, cuánto mezquino suelto dentro y fuera de nuestras vidas! Líbranos Señor de tanta inmundicia humana.