Esto también viene a cuento en esta mañana lluviosa. Veo a la gente empeñada en que yo deje de escribir. Unos comiendo las orejas a otros. Resulta que un señor que en su vida ha hecho nada en su propio pueblo, también está celoso cuando ve mis escritos. Y le va con cuentos a un amigo mío. Le dice que mi poema es sospechoso, y la imagen con la que lo acompaño también. Entonces este señor, que no tiene muchos estudios va y se lo cuenta a mi marido. Mira tu mujer, que al parecer ha sacado en una foto mi ropa tendida...
Cuando se lo digo a mi esposo, nos reímos un rato largo. Por un poema mío en que quiero un Tardajos de colores, que salga a flote, que luche por su historia, por sus caminos, sus monumentos... Entonces mi marido con buen juicio me dice que le explique a este hombre lo que significa el poema en sí y la foto que lo acompaña, que además se trata de algo como libertad de expresión a lo que todos tenemos derecho.
Dicho y hecho por mí. Me encontré con él, se lo expliqué, y él me dio santo y señas que quien había murmurado en contra mía. Su fina estampa, que teniendo tanto dinero, más que propiedades parecen ruinas eternas, y encima tiene la poca desfachatez de ir en contra de quien sí tiene las ideas muy claras y nítidas de lo que debería ser un buen pueblo y de tener más reconocimiento de los suyos propios.
Y tantos ya a los que tanto les incomoda que una escriba que más motivos me dan para seguir en la brecha. Y encima se lo dicen a él, que pasa ampliamente de mis poemas y de mis escritos.
Cuando se lo digo a mi esposo, nos reímos un rato largo. Por un poema mío en que quiero un Tardajos de colores, que salga a flote, que luche por su historia, por sus caminos, sus monumentos... Entonces mi marido con buen juicio me dice que le explique a este hombre lo que significa el poema en sí y la foto que lo acompaña, que además se trata de algo como libertad de expresión a lo que todos tenemos derecho.
Dicho y hecho por mí. Me encontré con él, se lo expliqué, y él me dio santo y señas que quien había murmurado en contra mía. Su fina estampa, que teniendo tanto dinero, más que propiedades parecen ruinas eternas, y encima tiene la poca desfachatez de ir en contra de quien sí tiene las ideas muy claras y nítidas de lo que debería ser un buen pueblo y de tener más reconocimiento de los suyos propios.
Y tantos ya a los que tanto les incomoda que una escriba que más motivos me dan para seguir en la brecha. Y encima se lo dicen a él, que pasa ampliamente de mis poemas y de mis escritos.