El algodón no engaña. Aquí tenemos la mala costumbre, en cuestiones técnicas, de improvisar. Que algo no consta en el proyecto, se hace después. ¡Tuvieron que taladrar el suelo recién pavimentado!, para poner árboles, ya que les había indicado en un poema que esta zona más bien parecía un "solarium". Sin embargo esto nos cuesta un ojo de la cara a los contribuyentes que somos quienes pagamos. Lo que no está en el proyecto, luego cuesta más.
Como prestidigitadores, nuestro equipo de gobierno no tiene precio. Y como ellos no pagan...
Sin embargo en el arte se puede y se debe improvisar. Y como no tiene precio, lo que suele pasar es que se desprecia.
Como prestidigitadores, nuestro equipo de gobierno no tiene precio. Y como ellos no pagan...
Sin embargo en el arte se puede y se debe improvisar. Y como no tiene precio, lo que suele pasar es que se desprecia.