¿Tenemos que tener un pensamiento único, no podemos pensar de manera diferente y exponerlo?
Aquí se ha tratado por todos los medios de acallar la voz del pueblo. Al menos la mía, que he procurado que eso no me sucediera, recurriendo a textos de varios tipos: prosa y verso. Por activa y por pasiva siempre que manifesté desacuerdo en privado, primero se me denostó. Pues, me dije, "ahora va a ser público". Y eso he hecho. ¿Por qué tenía que aplaudir tantas cosas como no consideraba bien hechas?
Hay otra cosa que se no se está teniendo en cuenta, y que que no se sabe diferenciar a un amigo, a un enemigo de una persona que va a saber de lo que ocurre en su propio municipio.
¿Tengo que ser amigo o amiga para que se me escuche?
¿Si soy enemiga, porque he manifestado mis opiniones en público, una vez que lo hice en privado y no se me contestaba tampoco, ya no tengo derecho a ser escuchada?
¿Tiene derecho alguien, por ser alcalde o concejal de mandarme callar en un espacio público, como me volvió a ocurrir en el último pleno, una vez que la sesión había acabado, que por ser extraordinario no hubo lugar a Ruegos y preguntas, y que ni siquiera, en esa ocasión me dirigía al alcalde? Hablaba con quien se puede hablar, y en esa ocasión era a Julián a quien me dirigía. Pues arrobándose de todo el poder que cree tener nuestro alcalde y diputado flamante volvió a arremeter contra mí y a mandarme callar. Luego se sorprenderá si una hace alguna composición poética, como recurso a la libertad de expresión. Que no quiera escucharme y que luego tenga que leer lo que escribo... y vuelta a su indignación.
Aquí se ha tratado por todos los medios de acallar la voz del pueblo. Al menos la mía, que he procurado que eso no me sucediera, recurriendo a textos de varios tipos: prosa y verso. Por activa y por pasiva siempre que manifesté desacuerdo en privado, primero se me denostó. Pues, me dije, "ahora va a ser público". Y eso he hecho. ¿Por qué tenía que aplaudir tantas cosas como no consideraba bien hechas?
Hay otra cosa que se no se está teniendo en cuenta, y que que no se sabe diferenciar a un amigo, a un enemigo de una persona que va a saber de lo que ocurre en su propio municipio.
¿Tengo que ser amigo o amiga para que se me escuche?
¿Si soy enemiga, porque he manifestado mis opiniones en público, una vez que lo hice en privado y no se me contestaba tampoco, ya no tengo derecho a ser escuchada?
¿Tiene derecho alguien, por ser alcalde o concejal de mandarme callar en un espacio público, como me volvió a ocurrir en el último pleno, una vez que la sesión había acabado, que por ser extraordinario no hubo lugar a Ruegos y preguntas, y que ni siquiera, en esa ocasión me dirigía al alcalde? Hablaba con quien se puede hablar, y en esa ocasión era a Julián a quien me dirigía. Pues arrobándose de todo el poder que cree tener nuestro alcalde y diputado flamante volvió a arremeter contra mí y a mandarme callar. Luego se sorprenderá si una hace alguna composición poética, como recurso a la libertad de expresión. Que no quiera escucharme y que luego tenga que leer lo que escribo... y vuelta a su indignación.