Y además de ser un museo, aquí ya hay mucha historia acumulada. Que a lo mejor en un curriculum no se podría poner y no hace falta pues ya me he ido encargando de escribirla. ¡Cuántos personajes curiosos han pasado por aquí! Y quedaron atrapados en el foro, con su trayectoria.
De cómo vino uno con la intención de hacer muchos amigos y servirse de ellos para sus propios fines políticos. Y cuando ya tuvo lo que quería los dejó en la estacada. Entonces, ellos, se olvidaron de la imagen que tenían de esa persona y vieron la real y auténtica. Un Judas en vivo y en directo.
La reputación nos la hacemos con nuestras actuaciones día a día. Y de nada sirve que vayamos presumiendo de lo que no somos, porque tarde o temprano, la máscara se cae y queda, sobre todo, para nosotros mismos la verdadera identidad que tanto nos hemos esmerado en fabricar y no se corresponde con la realidad misma.
A veces, esas personas viven de mentirse a sí mismas, en vano. A la última persona que se le puede mentir es a nuestra propia conciencia. Si la tuviéramos, claro.
¿Quiere alguien ver referencias sobre un político concreto que por casualidad una lo conozca y haya escrito sobre él hasta la saciedad? Y a base de actuaciones puntuales... Pues bien a mano está reflejado su forma de gobernar a quienes desde bien pronto consideró súbditos. Sin serlo porque su enfoque bien desfasado está cuando estamos en pleno siglo XXI...
Y la gente, lo dice por la calle. No a quien no se le puede decir a la cara, sino que es la comidilla del barrio.
¡Ay si se supiera todo lo que se dice de uno! A mi me importa poco lo que digan de mi cuando mi conciencia está bien tranquila. Pero ¡ay! de aquellos que viven pre fabricando lo que no son. Esos lo tienen que pasar mal de verdad cuando se encuentran a solas consigo mismos. Algunos por evitar esa imagen se dan a la bebida, o a las drogas, al juego o al desenfreno. De todo hay en la viña del señor.
De cómo vino uno con la intención de hacer muchos amigos y servirse de ellos para sus propios fines políticos. Y cuando ya tuvo lo que quería los dejó en la estacada. Entonces, ellos, se olvidaron de la imagen que tenían de esa persona y vieron la real y auténtica. Un Judas en vivo y en directo.
La reputación nos la hacemos con nuestras actuaciones día a día. Y de nada sirve que vayamos presumiendo de lo que no somos, porque tarde o temprano, la máscara se cae y queda, sobre todo, para nosotros mismos la verdadera identidad que tanto nos hemos esmerado en fabricar y no se corresponde con la realidad misma.
A veces, esas personas viven de mentirse a sí mismas, en vano. A la última persona que se le puede mentir es a nuestra propia conciencia. Si la tuviéramos, claro.
¿Quiere alguien ver referencias sobre un político concreto que por casualidad una lo conozca y haya escrito sobre él hasta la saciedad? Y a base de actuaciones puntuales... Pues bien a mano está reflejado su forma de gobernar a quienes desde bien pronto consideró súbditos. Sin serlo porque su enfoque bien desfasado está cuando estamos en pleno siglo XXI...
Y la gente, lo dice por la calle. No a quien no se le puede decir a la cara, sino que es la comidilla del barrio.
¡Ay si se supiera todo lo que se dice de uno! A mi me importa poco lo que digan de mi cuando mi conciencia está bien tranquila. Pero ¡ay! de aquellos que viven pre fabricando lo que no son. Esos lo tienen que pasar mal de verdad cuando se encuentran a solas consigo mismos. Algunos por evitar esa imagen se dan a la bebida, o a las drogas, al juego o al desenfreno. De todo hay en la viña del señor.