¡Bien escamada que estaba yo de los políticos! A mi no me la van a dar con queso. Menudo aprendizaje de tipos variopintos que me ha tocado ver de cerca, e incluso hacerles entrevistas, o servirles los atriles para que disertaran a sus anchas. Con Cristino conversé mucho, y que conste que no fue la primera vez que lo veía en Tardajos, durante la fiesta cultural del colegio. Que vá, con él coincidí, mientras era diputado del SI en Arenillas de Muñó en que acudía al pueblo por la simpatía que tenía con el alcalde de esa localidad, Fernando, que fue muy buen amigo mío, lo mismo que su mujer, Mari Jose, que también era del APA, y un día me dijo que me conocía de antes. Pues si, la vida es un pañuelo, y nunca sabes donde te vas a encontrar a alguien que has visto antes. Tarde o temprano, sucede. Siempre hay amigos inolvidables porque se hacen querer, porque nunca te fallaron y porque jamás intentaron utilizarte para sus propios fines. Por eso yo digo que los partidos no son lo más importante, sino la calidad de las personas. ¡Qué buena gente he conocido en Burgos!
SI ES QUE LA VIDA ES UN PAÑUELO
Porque a veces damos más vueltas que trompicos. Yo desde luego ya llevo dando muchas, y de repente te topas con alguien conocido. Lo bueno del caso, ya no es ni siquiera el detalle de nuestro tiempo juntas. Si no que en un momento me llegan todas las veces que hemos coincidido con mi amiga Pilar de Burgos y es increíble, me dice, que tenga esa memoria tan viva en mi cabeza. La primera vez era compañera mía en el primer curso del Inem de la calle San Pablo del Círculo Católico. Un cursillo primeros auxilios de auxiliar administrativo con aplicaciones informáticas que tanto desarrollé en Tardajos. En todos los sitios donde colaboré siempre activamente: en la Coral, en el APA, en el Ayuntamiento, en el Juzgado de Paz, en la fundación...
La segunda, le dije a Pilar, coincidimos en la calle Real Poniente de Tardajos mientras hacía una foto a los Carreteros de Quintanar de la Sierra que iban a Santiago de Compostela..., Pilar, qué haces aquí, ¿me recuerdas? Y menudo abrazo nos dimos. Quedamos en llamarnos pero no llegó ese momento.
Nos tuvimos que volver a encontrar una tercera vez en el viaje de los mayores de la Asociación "Virgen de las Aguas" a Santandar, y ese día no estaba sola sino que acompañaba a otra entrañable conocida también y porque eran amigas, la hermana de Félix, nuestro ex cura párroco de Tardajos.
Y la cuarta en Burgos y sin remisión, que ya no tenemos excusa para dilatar más nuestra amistad. Y ahora por whatsapp. El mundo es un pañuelo, la verdad. Hay veces que te encuentras con conocidos que no te quieren ver, que tuercen el morro, que te ignoran y para ellos es que tengo la misma moneda. A mi plin, que además es un orgullo que porque una escriba de contento se lleve esas represalias, me supone para mi un triunfo. Siempre me lo dijeron y yo también lo recomiendo: Más vale estar sola que mal acompañada. Porque tantas veces he visto compañías que buscaban hasta fastidiar a tus propios hijos. ¡Con lo vulnerables que son los niños! y la desfachatez de algunas, que si es el hijo tuyo, no pasa nada, allá se joda. Si son los de ellas, por un roce o una palabrita ponen el grito en el cielo. Y más ahora en que los tiempos han cambiado tanto, que yo en la época que me tocó defenderlos me sobraba y me bastaba, revistiéndome de dignidad. ¿Cómo vas a estar con gente que por delante te dan una cara y por detrás dañan a tu hijo, lo vapulean, le restan importancia a lo que le hagan los demás o incluso le acusan de culpas que no tuvo? Allá os quedéis con vuestras monsergas. Encima es que ves el tratamiento que se hacen unas a otras, y dices... buf, buf, buf. Con lo amiguitas que parecen y cómo se ponen a bajar del burro en cuanto se dan la vuelta y no las ve la que es tan compañera.
Porque a veces damos más vueltas que trompicos. Yo desde luego ya llevo dando muchas, y de repente te topas con alguien conocido. Lo bueno del caso, ya no es ni siquiera el detalle de nuestro tiempo juntas. Si no que en un momento me llegan todas las veces que hemos coincidido con mi amiga Pilar de Burgos y es increíble, me dice, que tenga esa memoria tan viva en mi cabeza. La primera vez era compañera mía en el primer curso del Inem de la calle San Pablo del Círculo Católico. Un cursillo primeros auxilios de auxiliar administrativo con aplicaciones informáticas que tanto desarrollé en Tardajos. En todos los sitios donde colaboré siempre activamente: en la Coral, en el APA, en el Ayuntamiento, en el Juzgado de Paz, en la fundación...
La segunda, le dije a Pilar, coincidimos en la calle Real Poniente de Tardajos mientras hacía una foto a los Carreteros de Quintanar de la Sierra que iban a Santiago de Compostela..., Pilar, qué haces aquí, ¿me recuerdas? Y menudo abrazo nos dimos. Quedamos en llamarnos pero no llegó ese momento.
Nos tuvimos que volver a encontrar una tercera vez en el viaje de los mayores de la Asociación "Virgen de las Aguas" a Santandar, y ese día no estaba sola sino que acompañaba a otra entrañable conocida también y porque eran amigas, la hermana de Félix, nuestro ex cura párroco de Tardajos.
Y la cuarta en Burgos y sin remisión, que ya no tenemos excusa para dilatar más nuestra amistad. Y ahora por whatsapp. El mundo es un pañuelo, la verdad. Hay veces que te encuentras con conocidos que no te quieren ver, que tuercen el morro, que te ignoran y para ellos es que tengo la misma moneda. A mi plin, que además es un orgullo que porque una escriba de contento se lleve esas represalias, me supone para mi un triunfo. Siempre me lo dijeron y yo también lo recomiendo: Más vale estar sola que mal acompañada. Porque tantas veces he visto compañías que buscaban hasta fastidiar a tus propios hijos. ¡Con lo vulnerables que son los niños! y la desfachatez de algunas, que si es el hijo tuyo, no pasa nada, allá se joda. Si son los de ellas, por un roce o una palabrita ponen el grito en el cielo. Y más ahora en que los tiempos han cambiado tanto, que yo en la época que me tocó defenderlos me sobraba y me bastaba, revistiéndome de dignidad. ¿Cómo vas a estar con gente que por delante te dan una cara y por detrás dañan a tu hijo, lo vapulean, le restan importancia a lo que le hagan los demás o incluso le acusan de culpas que no tuvo? Allá os quedéis con vuestras monsergas. Encima es que ves el tratamiento que se hacen unas a otras, y dices... buf, buf, buf. Con lo amiguitas que parecen y cómo se ponen a bajar del burro en cuanto se dan la vuelta y no las ve la que es tan compañera.