Llegó la hora del público y fue deprimente, al menos para mi, no sé si a otros le rechinó tanto. Desde el público y con mucha rabia se insultó a Pedro Saldaña, llamándole carcelero. Y ante ésto, desde el equipo de gobierno no salió ni una palabra para recriminar esa falta de respeto. Quizás habiendo achuchado tanto a Pedro, les pareció normal que le llamaran así. Que es funcionario de Prisiones pero no carcelero. Y para Pedro, hubo otro bochorno más. Otra madre, allí destacada, le dijo que si también iba a ir al polideportivo a hacer fotos a su hija... Esto no me pareció normal, ni la persecución que tuvo Pedro, tildándole de algo muy feo. que prefiero ni mencionar. Y entonces me callé y dejé que se enfriara el asunto para exponer personalmente mi queja en el Ayuntamiento. Y llegó el día, y lo hice.