La
historia de la Granja de
Ternero está directamente vinculada a la del
monasterio cisterciense de
Santa María la Real de
Herrera del que fue propiedad hasta las desamortizaciones del siglo XIX.
A esta comunidad el rey Alfonso VI, donó, para que se instalaran en ellas, sus propiedades de Herrera y otras, a las cuales se trasladaron desde su ubicación de
Sajazarra en 1178, construyendo en ellas un monasterio.
La primera noticia sobre Ternero nos la da una bula apostólica de amparo del papa Inocencio IV, redactada en Lyon, el 15 de Mayo de 1245, por la que se confirmaban las propiedades del Monasterio de Herrera. Entre ellas la de la “granja de ternero”. Unos años después, en 1278, se vuelven a confirmar las posesiones del monasterio por el papa Nicolás III.
Son pocas las noticias que tenemos sobre Ternero (en la actualidad existe una colaboración entre la propiedad y el
Ayuntamiento de
Miranda de Ebro para investigar sus orígenes) aunque su nombre aparece en numerosas ocasiones. Sabemos que en 1621 la granja rentaba al monasterio con 150 fanegas de trigo. También sabemos que, en 1714 hacía lo propio con 186 cántaras de vino…
Al frente de la propiedad siempre hubo un granjero, quien se encargaba del mantenimiento de ella como tal y de los bosques comprendidos en sus lindes así como de la regulación de la
caza que en sus límites existía.
Desde principios del siglo XX este núcleo rural gozó de relativa importancia, comparándose incluso con sus vecinas, ya que dispuso de alcalde pedáneo (entre 1902 y 1924, D. José Guinea), puesto de la Guardia Civil,
escuela y
parroquia).