Su
iglesia, un poco apartada del
pueblo, está dedicada a
San Esteban, protomártir, de estilo
románico de transición, apuntado, en su interior, con fustes,
capiteles,
arcos y
bóvedas de cañón. Su
ábside es rectangular con contrafuertes
en
esquinas y canes en
alero, como en toda la iglesia. Más tarde tiene añadida una
capilla de sillería y alero moldurado y otra en el ábside de las mismas características, al parecer como sacristía. Del románico conserva también la
portada,
de medio punto con leves impostas y
arco con puntas de diamante. Tiene, además, en un muro otra
puerta, cegada, de medio punto moldurado. Y la
torre es una
espadaña barroca de tres cuerpos, rematada en pináculos y bolas, con
frontón con
cruz y tres huecos y una
campana.
La
pila es de copa, lisa, y pie cilíndrico; y el
retablo mayor, bueno, está recogido en el
Museo del Retablo de
Burgos.
Sus libros parroquiales comienzan en 1584.
Sobre unas
rocas elevadas, alejado del pueblo hacia el sur, están situadas las
ruinas del
castillo de Malvecino, estrecho y alargado, edificado en el siglo XIV.
Y, además, están catalogados en sus tierras tres yacimientos arqueológicos de época sin determinar (dos de ellos,
ermitas).
Se ha encontrado también un hacha anterior a la Edad del Bronce.
Según Luciano Huidobro, aquí había un antiguo eremitorio, que entró en la fundación de San Pedro de Tejada, en 850