La traza de la
ermita es
románica tardía, pues muestra algunos elementos góticos, como las ojivas ligeramente apuntadas de la
portada. Los capitales de las
columnas incluyen decoración románica fitomórfica. Los
canecillos también son románicos, aunque los que coronan un ventanuco con
arco son reproducciones más actuales, imitando el viejo estilo
artístico medieval. Posiblemente sobre estos ventanucos se ubicó la residencia del ermitaño que habitaba aquí.
Esta ermita está documentada como hospedería para los peregrinos que descendía el Portillo de Busto, en busca del
Camino Jacobeo principal, el conocido como Francés. Una sencilla nave única decorada con frescos compone el interior de la edificación. Una vez a la año, en julio, se abre la ermita para dar paso a la
romería de “la Toberilla”.