Y, aunque las
cascadas del
río Molinar son sin duda alguna la seña de identidad de este pueblecito burgalés, no todo se queda aquí, pues también es digno de mencionar la
ermita de
Santa María de la Hoz, y a sus pies, la del
Cristo de los Remedios, que junto con el
puente romano-
medieval que atraviesa el río, regalan una de las estampas más hermosas y buscadas de la provincia.