Trespaderne es una preciosa localidad burgalesa rodeada de extraordinarios parajes que son regados por los
ríos Ebro, Nela y Jerea, famosos en estos momentos por el importante aumento de caudal de cada uno de ellos, alcanzando una gran belleza en muchos tramos, con
cascadas espectaculares.
Una de las obras mas significativas de Trespaderne es su
puente medieval, de finales del siglo XII y es una prueba de la importancia que con el
comercio obtuvo esta localidad en aquella época, ya que era el paso desde la meseta hacia el
mar. Y junto a este puente que cruza el
río Nela crecía la villa y aparece por primera vez su nombre escrito, como Transpaternum, en un documento fechado en el año 1502 que se encuentra en el
Monasterio de Sta. María la Real de Nájera, monasterio al que esas tierras pertenecían, pasando más tarde a pertenecer al Monasterio de
San Salvador de
Oña.
Quedan restos de importantes construcciones como el
palacio de la
Familia Fernández de
Campo del siglo XVIII, la
casa de los Condes de la Revilla y la Casona del Priorato que data del siglo XV.
La
iglesia parroquial, del siglo XVII, dedicada San Vicente, patrono de Trespaderne, es peculiar en su construcción ya que se edifica junto a una importante inclinación del terreno. La
puerta principal, con dos
arcos de medio punto, sobre ella una pequeña
hornacina protege una imagen del
santo. Y lo que nos llama la atención es la
torre campanario que surge del
tejado, centrada en la puerta de acceso al templo, cuadrada y con cuatro
adornos en las
esquinas.
En el
retablo mayor, sobresale la imagen de San Vicente Mártir junto a San Isidro y San Juan Bautista.
El 22 de Enero se celebran las
fiestas de San Vicente, pero en
verano, el 24 de Agosto, las fiestas de San Bartolome, adquieren gran importancia y las acogedoras gentes de Trespaderne, animan a acudir a todo el mundo para participar y disfrutar de todos los actos, las verbenas, el desfile de carrozas y del entrañable Día de las Peñas
Cerca de la confluencia entre el caudaloso río Ebro y el Nela se construyó el puente medieval de Trespaderne. Similar al de Frías, es un ejemplo de la
arquitectura civil
románica de la Castilla Vieja. Construido a finales del siglo XII, es testigo de la importancia que tuvo Trespaderne en el comercio medieval.
Su estructura, de casi cien metros de longitud, une las dos orillas del Nela mostrado un perfil ligeramente alomado. Este tipo de perfil, conocido como “lomo de asno”, se debe al mayor diámetro de los arcos centrales que permiten el paso del
agua en las grandes avenidas. Los potentes tajamares, situados
aguas arriba para repartir mejor su empuje, es probable que se añadieran posteriormente.
En la confluencia del río Ebro y el Nela. Construido a finales del s. XII es testigo de la importancia que tuvo esta ciudad en el comercio medieval. Con 100 mts. de longitud, compitió en importancia del comercio con el puente de Frías.
Ligeramente apuntado, pero sin llegar a los conocidos como de "lomo de asno", los potentes tajamares, es probable que se añadiesen en el s. XVI ó XVIII, ya que los
puentes románicos carecían de estos elementos estructurales.