Cerca de la confluencia entre el caudaloso
río Ebro y el Nela se construyó el
puente medieval de
Trespaderne. Similar al de Frías, es un ejemplo de la
arquitectura civil
románica de la Castilla Vieja. Construido a finales del siglo XII, es testigo de la importancia que tuvo Trespaderne en el
comercio medieval.
Su estructura, de casi cien metros de longitud, une las dos orillas del Nela mostrado un perfil ligeramente alomado. Este tipo de perfil, conocido como “lomo de asno”, se debe al mayor diámetro de los
arcos centrales que permiten el paso del
agua en las grandes avenidas. Los potentes tajamares, situados
aguas arriba para repartir mejor su empuje, es probable que se añadieran posteriormente.