Rebaja tu factura AQUÍ

tedeja, el castillo más legendario de castilla, TRESPADERNE

TEDEJA, EL CASTILLO MÁS LEGENDARIO DE CASTILLA.
En la provincia de Burgos, en el término municipal de Trespaderne, se encuentran los restos de esta vieja fortaleza.
Desde su dominante emplazamiento, en uno de los extremos del Desfiladero de la Horadada por el que corre el caudaloso río Ebro, se obtienen unas magníficas y asombrosas vistas del entorno.
Los restos de este castillo estuvieron ocultos por la vegetación hasta el año 1981 cuando por iniciativa de la Asociación Cultural Amigos de Tedeja fueron recuperadas y se inició su estudio y consolidación.
En el libro "Burgos, castillos y fortalezas" (2017) de Isaac Rilova y Francisco Heras, se describe de este modo:
"DESCRIPCIÓN HISTÓRICA
Las primeras citas documentales sobre esta fortaleza son del año 1045, aunque los restos de una torre, muralla y puerta, datan del año 450, dentro del Bajo Imperio Romano, de donde deriva el nombre de Tedeja, que puede provenir del latín "Tetelia", con el significado de "vigía", lo que no hace sino remarcar su situación y la importancia y significación inicial del recinto militar romano.
Según fray Justo Pérez de Urbel, en su libro "Historia del Condado de Castilla", el fundador del castillo de Tedeja fue don Pedro, duque de Cantabria, muerto en el 740, y la primera referencia que se tiene del castillo es del año 790, cuando se menciona en una donación del abad Alejandro Quelino al monasterio de San Juan de Cillaperlata. Ello confirma que, en palabras de Ignacio Ruiz Vélez, "Tedeja fue el primer castillo de Castilla".
A partir del 790, las referencias se suceden de forma continua desde el siglo X hasta que el rey Enrique II de Castilla cede sus derechos en el alfoz, en 1366, a Pedro Gómez de Porras.
Tras la invasión musulmana, Ignacio Ruiz Vélez aventura para Tedeja dos etapas en la construcción del castillo, una primera como parte de la defensa formada en los siglos VIII y IX por Pancorbo, Tedeja y Hocinos y una segunda, más bien refortificación de la frontera de Castilla y Navarra, como consecuencia de la guerra civil abierta en el siglo XI entre Fernando de Castilla y su hermano García de Navarra. Los siglos XIII y XIV son los siglos del abandono de Tedeja. A medida que ha perdido peso político como centro de control, lo pierde para su defensa.
DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA
A pesar de las excavaciones y de lo mucho que ha aparecido, no resulta fácil interpretar como pudo ser la fortaleza. El recinto de Tedeja ocupa una superficie de 10.500 metros cuadrados, protegido en parte por muralla -no toda se ha excavado- y en parte por los accidentes naturales de la propia montaña. Los estudios realizados hasta ahora, apuntan a que la construcción de la muralla se llevó a cabo en la época visigoda, a partir de una "turris" romana de vigilancia del siglo III, que se ve ampliada por los visigodos con fuertes defensas, que se refuerzan o se reaprovechan entre los siglos VIII y IX.
Entre los siglos X-XII se consolidan sus fortificaciones con torres cuadradas y otras circulares, murallas y fosos. A partir del siglo XIII, la fortaleza, ya abandonada, empieza a desmoronarse y en el siglo XIV deja ya de aparecer en los documentos.
La muralla visible tras las excavaciones mide 175 metros. Se aprecian cinco cubos que, con los paños de muralla, cierran todo el flanco Norte del cerro por la parte más vulnerable de todo el recinto fortificado, ya que de esta manera podríamos denominarlo, más que castillo propiamente dicho.
Se identificó en las excavaciones de los años 90 del pasado siglo, la existencia de un foso, cuya presencia no es continua, sino que se circunscribe al sector Noroeste, para dificultar el acceso por esta parte, considerada más vulnerable. El foso tiene una profundidad media de cuatro metros, excavado en la superficie rocosa y cuyos materiales extraídos fueron aprovechados en la construcción del recinto, ya que es impensable que aportaran elementos de lugares más lejanos.
Los muros están construidos con mampostería y lajas en las dos caras, y en el interior se muestra un relleno de piedra menuda, grava y tierra. La anchura de los mismos es aproximadamente de dos metros, que están unidos con un aglomerado muy simple y que, en muchos casos es de barro y en otros se traduce en un mortero ligero de cal y arena, lo cual da idea de las diferentes épocas de la construcción. No se excavó zanja para las cimentaciones, sino que los muros se apoyaron directamente sobre el terreno tras una somera nivelación, hecho indicativo de la premura con la que se construyeron. Los muros fueron revocados con un mortero de cal y arena y se distinguen diversas capas, lo cual indica labores de mantenimiento a lo largo de los tiempos. Más allá de los muros descritos existe una segunda línea defensiva de difícil datación".