La aventadora o beldadora es una máquina agrícola muy popular en los años cincuenta, cuyo objeto era el de cribar y «aventar» el cereal, limpiándolo de restos de paja, granzas y otras impurezas por medio de corrientes de aire y vibración. Las aventadoras se empleaban después de la
trilla, que separa el grano de la paja y lo libra de su cubierta.
La beldadora representó toda una innovación que, junto a máquinas como la sembradora, la segadora y la trilladora, fueron produciendo una modernización de la
agricultura en
España.
A mediados de los años 60 con la llegada de los tractores y las cosechadoras, se redujo la fabricación de beldadoras hasta su total desaparición, ya que esta misma función la realizaba la máquina de cosechar mientras segaba los cereales.