ÚRBEL DEL CASTILLO
En las estribaciones de los montes de El Perul, en su vertiente norte, en el valle que accede al Tozo, a escasa distancia del río Úrbel y de la carretera que une Burgos con Aguilar de Campóo, a la que le une un corto ramal de carretera, en terreno desigual, localizamos a ÚRBEL DEL CASTILLO, a 20 km de Villadiego y 42 de Burgos.
Coculina y Acedillo al otro lado del monte, La Nuez de Arriba, Quintana del Pino, Terradillos de Sedano tras el otro monte, y La Piedra forman corona a su alrededor.
Su nombre es citado a mediados del siglo XII en la “Historia Roderici”, como conquistado en 1054 por Diego Laínez, padre del Cid Campeador: “Tulit navarris castrum que dicitur Obernia et Ulber et illam Petram” y sus pobladores declararon en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752 que pertenecían únicamente al rey al que pagaban tributos. Era, por tanto, lugar de realengo.
Pascual Madoz le atribuye 112 habitantes en el año 1848 en su Diccionario
geográfico. En sintonía con la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, creció a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX hasta llegar a 244 personas en el año 1900, número que mantuvo muy bien, con 230, en el año 1950, superada la dura primera mitad del siglo XX. Y, tras soportar los embates de la emigración, termina el siglo con 35 habitantes en el año 2000.
Tiene su iglesia dedicada a la Purificación de Ntra. Sra. y es renacentista con restos románicos, de una nave con capillas en cruz latina. Su ábside es rectangular con contrafuertes. La portada es románica, apuntada, con arquivoltas, fustes y capiteles sencillos. Y la torre es cuadrada, aunque en principio fue espadaña, con remate de canes lisos en alero y pináculos con bolas, con contrafuertes y dos campanas.
La pila es románica, de copa lisa, con pie cilíndrico con moldura y base circular; y el retablo mayor, barroco, es de Melchor Río, Cristóbal Bañuelos y F. Antonio Munar, en 1700. En otro, barroco, hay un Crucificado del siglo XIV.
Tiene un púlpito de piedra con casetones en rombo.
Sus libros parroquiales comienzan en 1634.
Había una ermita dedicada a San Esteban, que fue vendida y ahora es vivienda.
En 1946 nace Tomás Arroyo Crespo, profesor, afincado en Pamplona, que ha escrito un libro sobre el pueblo.
Sobre unas rocas elevadas queda la torre del homenaje de un castillo de planta octogonal, levantado por los Zúñiga a principios del siglo XV, sobre otro anterior, del que hay noticias desde Fernán González.
Quedan restos de una calzada romana y hasta hace cincuenta años había también un puente.
Está, además, catalogado otro yacimiento arqueológico, posiblemente Medieval.
Dos hijos del pueblo, el Hno. Timoteo y el Hno. Salvador tienen introducida la causa de beatificación por martirio, al ser asesinados con el grupo de Hermanos Gabrielistas de San Vicente de Montalt (Barcelona).
• AMO A MI PUEBLO, Escrito por Emiliano Nebreda Perdiguero.
En las estribaciones de los montes de El Perul, en su vertiente norte, en el valle que accede al Tozo, a escasa distancia del río Úrbel y de la carretera que une Burgos con Aguilar de Campóo, a la que le une un corto ramal de carretera, en terreno desigual, localizamos a ÚRBEL DEL CASTILLO, a 20 km de Villadiego y 42 de Burgos.
Coculina y Acedillo al otro lado del monte, La Nuez de Arriba, Quintana del Pino, Terradillos de Sedano tras el otro monte, y La Piedra forman corona a su alrededor.
Su nombre es citado a mediados del siglo XII en la “Historia Roderici”, como conquistado en 1054 por Diego Laínez, padre del Cid Campeador: “Tulit navarris castrum que dicitur Obernia et Ulber et illam Petram” y sus pobladores declararon en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752 que pertenecían únicamente al rey al que pagaban tributos. Era, por tanto, lugar de realengo.
Pascual Madoz le atribuye 112 habitantes en el año 1848 en su Diccionario
geográfico. En sintonía con la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, creció a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX hasta llegar a 244 personas en el año 1900, número que mantuvo muy bien, con 230, en el año 1950, superada la dura primera mitad del siglo XX. Y, tras soportar los embates de la emigración, termina el siglo con 35 habitantes en el año 2000.
Tiene su iglesia dedicada a la Purificación de Ntra. Sra. y es renacentista con restos románicos, de una nave con capillas en cruz latina. Su ábside es rectangular con contrafuertes. La portada es románica, apuntada, con arquivoltas, fustes y capiteles sencillos. Y la torre es cuadrada, aunque en principio fue espadaña, con remate de canes lisos en alero y pináculos con bolas, con contrafuertes y dos campanas.
La pila es románica, de copa lisa, con pie cilíndrico con moldura y base circular; y el retablo mayor, barroco, es de Melchor Río, Cristóbal Bañuelos y F. Antonio Munar, en 1700. En otro, barroco, hay un Crucificado del siglo XIV.
Tiene un púlpito de piedra con casetones en rombo.
Sus libros parroquiales comienzan en 1634.
Había una ermita dedicada a San Esteban, que fue vendida y ahora es vivienda.
En 1946 nace Tomás Arroyo Crespo, profesor, afincado en Pamplona, que ha escrito un libro sobre el pueblo.
Sobre unas rocas elevadas queda la torre del homenaje de un castillo de planta octogonal, levantado por los Zúñiga a principios del siglo XV, sobre otro anterior, del que hay noticias desde Fernán González.
Quedan restos de una calzada romana y hasta hace cincuenta años había también un puente.
Está, además, catalogado otro yacimiento arqueológico, posiblemente Medieval.
Dos hijos del pueblo, el Hno. Timoteo y el Hno. Salvador tienen introducida la causa de beatificación por martirio, al ser asesinados con el grupo de Hermanos Gabrielistas de San Vicente de Montalt (Barcelona).
• AMO A MI PUEBLO, Escrito por Emiliano Nebreda Perdiguero.