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En la iglesia encontramos magníficos retablos, todos ellos de estilo barroco del siglo XVIII (los cuatro pequeños, que están en las naves son de la etapa churrigueresca, y el retablo mayor de etapa rococó.
Los cuatro retablos de las naves: Hay dos en cada lateral, (uno en la pared larga y otro en el muro frontal de la nave). Los cuatro son del mismo estilo churrigueresco, realizados en la primera mitad del siglo XVIII (hacia 1720) y tienen los caracteres típicos de este estilo: muy recargados de adornos, con vegetales hinchados, cabezas de ángeles, etc. Y columnas salomónicas (de fuste retorcido) y estípites (soportes en forma de estaca). Las columnas salomónicas adornadas con hojas y racimos de uvas.
Nave izquierda:
RETABLO LATERAL: Niño Jesús.
RETABLO FRONTAL: La hornacina central tiene un trasparente, es decir, se hizo una ventana al exterior para que la luz externa iluminara directamente la imagen de la Virgen del Rosario.
Nave derecha:
RETABLO LATERAL: Imagen de Santa Bárbara y San Francisco Javier (conocido en el pueblo por San Guilindín abogado de las morcillas.
RETABLO FRONTAL: Lo más destacado del Cristo Crucificado, que es una escultura gótica del siglo XV, procedente por tanto de algún retablo anterior y que se aprovechó cuando se hizo éste.
Nave Central:
RETABLO MAYOR: Está en el ábside y es de grandes dimensiones. También es barroco, pero ya de la etapa rococó, realizado a mediados del siglo XVIII (entre 1750 y 1760 aproximadamente). Ya han desaparecido las columnas salomonicas y ahora aparecen otros adornos como las rocallas (formas arriñonadas), tambores, flechas, etc.
Sigue teniendo una gran riqueza decorativa. Es un retablo de una gran envergadura por lo que su precio de realización fue elevado, de unos 40.000 reales de la época en total (la mitad para realizarlo y la orta mitad en el dorado del mismo, a base de pan de oro).
Tiene varias hornacinas, estando ocupada la principal por la imagen de la Asunción, y en los laterales por San Jose y San Antonio, encima Fernando III el Santo.
En el abside (encima de las puertas de la sacristia) a un lado y a otro se encuentran San Pedro y San Pablo, tambien de estilo barroco.
Las esculturas del museo de la iglesia son restos de un primitivo retablo gótico del siglo XV (no se sabe si proceden de la ermita de San Cosme y San Damian o de la propia iglesia).
Las bóvedas del ábside están decoradas por pintura mural, donde aparecen diversas figuras y otros adornos. Son pinturas barrocas, realizadas posiblemente en el siglo XVIII a la vez que los retablos. Por lo que parece, estas pintadas de la bóveda se prolongaban tambien por las del abside, como se ve ahora con la obra de restauración de la iglesia.
Los cuatro retablos de las naves: Hay dos en cada lateral, (uno en la pared larga y otro en el muro frontal de la nave). Los cuatro son del mismo estilo churrigueresco, realizados en la primera mitad del siglo XVIII (hacia 1720) y tienen los caracteres típicos de este estilo: muy recargados de adornos, con vegetales hinchados, cabezas de ángeles, etc. Y columnas salomónicas (de fuste retorcido) y estípites (soportes en forma de estaca). Las columnas salomónicas adornadas con hojas y racimos de uvas.
Nave izquierda:
RETABLO LATERAL: Niño Jesús.
RETABLO FRONTAL: La hornacina central tiene un trasparente, es decir, se hizo una ventana al exterior para que la luz externa iluminara directamente la imagen de la Virgen del Rosario.
Nave derecha:
RETABLO LATERAL: Imagen de Santa Bárbara y San Francisco Javier (conocido en el pueblo por San Guilindín abogado de las morcillas.
RETABLO FRONTAL: Lo más destacado del Cristo Crucificado, que es una escultura gótica del siglo XV, procedente por tanto de algún retablo anterior y que se aprovechó cuando se hizo éste.
Nave Central:
RETABLO MAYOR: Está en el ábside y es de grandes dimensiones. También es barroco, pero ya de la etapa rococó, realizado a mediados del siglo XVIII (entre 1750 y 1760 aproximadamente). Ya han desaparecido las columnas salomonicas y ahora aparecen otros adornos como las rocallas (formas arriñonadas), tambores, flechas, etc.
Sigue teniendo una gran riqueza decorativa. Es un retablo de una gran envergadura por lo que su precio de realización fue elevado, de unos 40.000 reales de la época en total (la mitad para realizarlo y la orta mitad en el dorado del mismo, a base de pan de oro).
Tiene varias hornacinas, estando ocupada la principal por la imagen de la Asunción, y en los laterales por San Jose y San Antonio, encima Fernando III el Santo.
En el abside (encima de las puertas de la sacristia) a un lado y a otro se encuentran San Pedro y San Pablo, tambien de estilo barroco.
Las esculturas del museo de la iglesia son restos de un primitivo retablo gótico del siglo XV (no se sabe si proceden de la ermita de San Cosme y San Damian o de la propia iglesia).
Las bóvedas del ábside están decoradas por pintura mural, donde aparecen diversas figuras y otros adornos. Son pinturas barrocas, realizadas posiblemente en el siglo XVIII a la vez que los retablos. Por lo que parece, estas pintadas de la bóveda se prolongaban tambien por las del abside, como se ve ahora con la obra de restauración de la iglesia.