El
Castillo de
Urría, se alza en la vertiente noreste de la
sierra de Tesla, no lejos del
río Nela. La
fuente de los Moros, que nace a sus pies, parece recordar a quienes le construyeron más que a los conocidos invasores que sólo esporádicamente ocuparon estas tierras.
Junto con Carazo, Montealegre es una de las fortalezas más aisladas y difíciles de acceder de toda la provincia de
Burgos. Sólo en los
mapas a gran escala aparece indicado un
camino que, arrancando en Urria y a través de un barranco llamado “del castillo”, bordea la sierra hasta llegar a él. Cerca de la fortaleza pasaba una áspera
vía que desde
Quintanalacuesta remontaba la Tesla y a través del Portillo de Medina iba a parar a
Valhermosa y
Tartalés de los Montes. Era, pues, un paso intermedio entre el desfiladero de los Hocinos y el de la Horadada.
En 1372 Juan I, siendo infante, daba a Pedro Fernández de Velasco Quintanalacuesta junto con numerosos bienes en Valdivielso, Manzanedo y Tobalina que había heredado de los señores de Lara. En la donación no se cita para nada el castillo de Montealegre. Sí se menciona, en cambio, en el mayorazgo que dicho Pedro formó, en 1380, para su hijo mayor, lo que quiere decir que a él se debe su construcción. Es una fortaleza sucesora de la antiquísima de
Mijangos.
La planta tiene forma de un paralelogramo un tanto irregular debido a su adaptación a la punta rocosa del cerro. Está rodeado por todos los lados de impresionantes precipicios. Los ángulos se encuentran reforzados de cubos macizos excepto al Este, en donde una obra posterior de sillería demuestra que debió de haberlo también pero que se hundió. Desde este último ángulo y adosado al lienzo que da al
valle ascendía una suave rampa hasta el ingreso a la fortaleza.
El espacio interno del castillo ronda los 19 por 12 metros de lado. Sus muros miden 1,20 metros de grosor. Aún se aprecia bien la planta baja y los mechinales de los tres pisos superiores. La diferencia de tipo y tamaño de los materiales evidencia construcciones de distintas épocas.
Es una obra extraordinariamente maciza y sobria, como lo demuestra el que alcanzando aún los muros bastante altura no aparezca ningún vano. Es de mampostería de escasa calidad, pero muy compacta. La plena exposición a la violenta acción de los agentes atmosféricos ha ocasionado el desconchado del paramento del noroeste. Los demás, mejor resguardados, se mantienen en buen estado. Una fortaleza con muchos interrogantes sobre su uso, en un lugar extraordinario.
El castillo de Montealegre parece erigido con la misma finalidad propagandística y disuasoria ya indicada en otros, aunque más evidente en éste. La
exposición al final de un estrecho y verde vallecillo en la cima de un llamativo cono, que tiene como fondo la gran sierra de Tesla, le proporciona una belleza y fotogenia que claramente se corresponde con su poético nombre.