Un
camino sencillo en pleno corazón de Las Merindades, en el norte de la la provincia de
Burgos.
El Ebro, al entrar en el
Valle de Valdivielso, ha modelado el
paisaje encajonándose en una espectacular, profunda y estrecha garganta.
A lo largo del recorrido el sombrío
sendero transcurre a orillas del
río y en las zonas mas expuestas cruzaremos
pasarelas metalicas enclavadas a la
roca. Acompañados de una frondosa y variada vegetación de ribera, encontrándonos diversas especies entre ellas boj, acebo, robles, hayas, avellanos.
Atravesamos el despoblado de
Remolino, un apartado y precioso
rincón al inicio del valle Manzanedo.
Cruzamos el Ebro y subimos al
monasterio cisterciense de
Santa María de
Rioseco, desde donde se domina el Ebro. Siempre es un espectáculo la visita a este
gigante arquitectónico. Y gracias al colectivo “Salvemos Rioseco” por el trabajo realizado.