“La
torre es fuerte y muestra
antigüedad con saeteras y barbacana y guarnecida de almenas, y en un frente de ella ay un gran
escudo de Armas que denota averse puesto mucho después, tienenle de los lados dos salvajes y todo es de
piedra y de buena
escultura con las armas de los Sarabia y Ruedas y debajo esculpida estas letras: los blancos y azules veros sobre las ondas del
mar, Saravias son verdaderos, los que a los mahometanos fieros, de España van a lanzar”.
Los primeros dueños de la torre fueron Pedro Saravia y su mujer, María Sáinz, quienes fundaron mayorazgo, en 1505, para su hijo Juan. Consta de la citada torre, que a pesar de estar rebajada presenta todavía considerable altura y aunque la
puerta es adintelada hay
señales de que fue apuntada. El escudo se halla en el lado opuesto. Permanecen algunas saeteras en los lienzos. Pegante hay un
palacio y al Sur una
huerta que ocupa un terreno de forma triangular protegida con muros almenados. Todo es de mampostería. Posteriormente la torre pasó a la familia Arce Cabeza de
Vaca.
Al Norte de la anterior hay otra a la que el vecindario llama “el fuerte”. Pueden verse algunas saeteras que flanquean una puerta adintelada y un buen escudo. Por lo demás no presenta características propias de torre, aunque sí la tuvo al menos hasta mediados del s. XVIII. Por estos años pertenecía al dueño de la torre de Loja. Es de buena sillería.
Según los vecinos, junto a la
carretera hubo otra torre destruida estos últimos años que tenía cerca almenada. A mediados del s. XVIII pertenecía a D. José de Mata, vecino de Oña.