Excepcional ejemplo del
románico castellano.
Destaca su espectacular
ábside (finales s. XII) y la variada
escultura monumental que decora los
capiteles,
canecillos y sus tres
portadas (s. XIII).
La
iglesia de
San Lorenzo es una construcción de origen románico, enclavada en la población de
Vallejo de Mena, que pertenece al municipio burgalés del
Valle de Mena, en el extremo norte de la provincia. Se considera la joya del
arte románico del valle, y se ha fechado su construcción a finales del siglo XII o principios del XIII.
La iglesia, según una inscripción de una de las tumbas en el interior del templo, fue donada por doña Endrequina de Mena a la Orden de San Juan de Jerusalén. La población estaba ubicada por entonces en un importante ramal del
Camino de Santiago. 2
Arquitectura
Exterior
Cuenta en el extremo oriental con un original ábside2 que está formado por ocho pilares que lo dividen en paños, a su vez adornados con arquerías de estilo lombardo. Cerca de la unión del ábside con la única nave se encuentran unos grandes pilares formados por
columnas agrupadas que debían de haber sostenido una
torre que nunca se llegó a construir. Los pilares están formados por haces de columnas, de las que sólo la central llega hasta el
alero. En cada paño se encuentra una
ventana decorada; hay siete en total, algunas abocinadas. 4 Las columnas de las
ventanas cuentan con capiteles decorados con motivos diversos, fundamentalmente fitomorfos o vegetales.
La iglesia cuenta con numerosos canecillos y capiteles decorados, y está construida en sillería.
En la
fachada sur se encuentra una de las portadas sobre la que se encuentra una galería de catorce
arcos. En la occidental se halla la
puerta más decorada, que muestra en sus arquivoltas
esculturas diversas, entre las que se cuentan imágenes de peregrinos del Camino, Adán y Eva, caballeros, escenas de
caza... Las arquivoltas de sus
puertas son ligeramente apuntadas. Hay una tercera que mira al norte.
Interior
El interior de la única nave del templo está cubierta por una
bóveda ojival. La cabecera cuenta con un tramo recto antes del ábside semicircular característico de las iglesia románicas.
Las columnas del interior también cuentan con capiteles ricamente decorados.