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En un angosto y escondido vallejo, Val Mayor, junto al arroyo de su nombre, se encuentra el arruinado caserío de Valmayor, también conocido como Valmayor de cuesta Urría.
El origen de esta población pudo surgir hacia el siglo X, en época prerrománica, pero no es hasta el año 1265 cuando aparece su nombre escrito como “Valmayor de Villas de Cibdat” en el documento de venta al Monasterio de San Salvador de Oña.
Posteriormente aparece como Val Mayor de Almendres dentro de la merindad de Castilla la Vieja, como “logar de solariego del abat de Rosales e de Fernando Pérez y de otros”.
Siempre tuvo una escasa población y prueba de ello es que su caserío estaba configurado por una sola calle y una irregular plazuela en donde se encuentra la fuente.
Al final de la calle y envuelta en maleza se encuentran las ruinas de su iglesia que estuvo dedicada a San Juan Bautista. De la iglesia, hoy un montón de ruinas, destaca su única nave, su portada de arco de medio punto y la espadaña en un hastial.
El aislamiento de la localidad y la falta de servicios fue la principal causa de despoblamiento de Valmayor. En el año 1972 quedó despoblado totalmente, cuando el último vecino del pueblo, después de vivir en soledad largo tiempo, partiera enfermo para Medina de Pomar, donde falleció a los pocos días.
A finales del siglo XX, el deseo romántico de un holandés a base de trabajo y esfuerzo, dió una segunda vida a este pueblo. En la actualidad, un grupo de jóvenes ha vuelto a habitar en él, dedicándose a desarrollar eventos y gestionar la eco aldea.