POZO DE
SAN INDALECIO
Según la leyenda, San Indalecio, discípulo del apóstol Santiago, habría llegado a Auca, cercana a la actual villa burgalesa de
Villafranca Montes de Oca, en pleno
Camino de Santiago, donde fundó la sede episcopal y fue obispo. Sufrió martirio y en el punto exacto en que cayó la sangre del
santo surgió un manantial con sus
aguas teñidas de rojo. En las
piedras del fondo se aprecian unas pequeñas motas rojas, como si fuera sangre del santo. La realidad puede ser que estas aguas son muy ricas en hierro y las motas están causadas por su oxidación, pero la leyenda sigue alimentando la devoción por San Indalecio.
CÓMO LLEGAR
Poco antes de llegar a Villafranca Montes de Oca por la N-120, se encuentra el desvío a la
Ermita de Nuestra Señora de Oca. A 150 metros, continuando por el camino que se adentra en el hayedo, se encuentra el Pozo de San Indalecio.