Las ruinas de lo que fue el Hospital de Valdefuentes están situadas a pie de la carretera nacional 120, en las cercanías del pueblo de Galarde. En su día fue un establecimiento asistencial del camino jacobeo francés fundamental para los peregrinos, ya que allí podían descansar y recuperarse para proseguir la marcha tras la dura y peligrosa travesía por los Montes de Oca.

Villafranca Montes de Oca fue un importante enclave, sede episcopal de Oca hasta finales del siglo XI. En el siglo XII se estableció inicialmente un priorato de religiosos cistercienses procedentes de Veruela. En 1197 Alfonso VIII otorgó un fuero en favor de los pobladores de este Hospital de Valdefuentes. Después pasó a depender del Hospital del Rey en Burgos. En el siglo XIX sólo quedaba una casa grande y una pequeña capilla que servía un cura nombrado por la abadesa de Las Huelgas.

Actualmente lo único que se conserva en pie del hospital es el ábside de estilo gótico, pues el resto de las dependencias han desaparecido. Sus líneas son una clara muestra de la sobriedad y sencillez cisterciense.

Junto a estas ruinas se aprecia una ermita, único vestigio del priorato cisterciense del siglo XII. Sólo permanece en pie la iglesia gótica dedicada a Santiago apóstol con su remozado ábside con tres esculturas en sus muros correspondientes a Santiago, San Juan de Ortega y Santo Domingo de la Calzada. En una placa figura la inscripción “cobdiciadero para home cansado” recordando los versos de Berceo.

En la otra margen de la carretera, en la zona habilitada como lugar de descanso, se halla la fuente El Carnero. Es un bello paraje junto al arroyo de Robledo con un merendero y una frondosa arboleda donde poder descansar y saciar la sed del caminante o viajero.

Esta ermita gótica es el único vestigio de un priorato cisterciense con hospital adjunto que hubo aquí desde el siglo XII y que dependía del monasterio de Veruela.
En 1187, Alfonso VIII otorga un fuero en favor de este Hospital de Valdefuentes.
Luego pasó a depender del Hospital del Rey de Burgos.
En el interior de esta ermita hay imágenes modernas de Santiago, Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega.
En sus inmediaciones se alza la Fuente del Carnero.