Casi en el centro de una enorme extensión despoblada, (es el
pueblo más solitario de la provincia) –zona entre Lerma y Roa del Duero–, en una
carretera
que une estas dos localidades, a orillas del
río Franco y en terreno desigual, encontramos a
VILLAFRUELA, a 19 km de Lerma y 58 de
Burgos.
Lo rodean a gran distancia
Torresandino,
Cilleruelo de Abajo,
Iglesiarrubia y los límites con
Palencia por el norte y el oeste.
Aparece su nombre escrito por primera vez en la documentación del
monasterio de
San Pelayo de Cerrato en mayo de 1206, como “Villafruela de Riofrancos”
y en las respuestas generales del Catastro del Marqués de la Ensenada constan las declaraciones de sus pobladores en 1752 afirmando que pertenecían al señorío
del Arzobispado de la ciudad de Burgos.
Contaba con 366 habitantes en el año 1848, según hace constar Pascual Madoz en su Diccionario geográfico. Aprovechó muy bien, como la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, la bonanza poblacional de la segunda mitad del siglo XIX y creció hasta llegar a 830 personas en el año 1900. Siguió crecien-
do con fuerza en la difícil primera mitad del siglo XX y presentaba en 1950 un censo de 1001 habitantes. Pero la persistente emigración de la segunda mitad del
siglo lo ha dejado reducido a 222 personas en el año 2000.