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Torre Palacio de los Isla, VILLALAIN

Villalaín es un pequeño pueblo emplazado al comienzo del desfila­dero de los Hocinos con una situación privilegiada, pues además de controlar el acceso al citado estrecho se halla cerca de un importante cruce de caminos. Se ha querido ver en Villalaín la perduración del nombre de uno de los fantásticos Jueces de Castilla. Con el nombre de “uilla flaine de uetula Castella” aparece en el año 1020.

A los Isla, dueños de la torre, se les cree de proceden­cia santanderina. Alguno de este apellido aparece citado en la crónica de Juan II a principios del s. XV. “La casa deste mismo apellido de Ysla que esta en el lugar de Vi­llalaín, cerca de Villarcayo es estimada por de las más no­bles de la Montaña como lo muestra su fuerte y antiguo edificio… Tiene entierros en el Real monasterio de Rio­seco…

Es también suya la capilla maior de nuestra Sª de Torrentero Parroquial y matriz de el mismo lugar de Vi­llalaín que está cerca de la casa y dentro de su solar. Fué señor de ella en tiempos antiguos Gómez Fernández de Ysla que la vinculó sucediéndole su hijo Pedro de Isla… Heredó esta casa de Isla embra descendiente legítima de Pedro de Isla la qual casó con Diego de Vivanco su primo hermano de quien hubo sucesión y fué su descen­diente legítima María Gómez de Ysla la qual sucedió en la casa y mayorazgo y patronato de Ysla de Villalaín, esta señora casó con el capitán Pedro Díez de la Peña”. Poco después pasó al apellido Angulo.

El conjunto palacial está precedido de un patio cer­cado de muro. Su puerta es de arco de medio punto y está flanqueada de cubos defendidos por aspilleras y almenas, pero de tales proporciones que todo es pura simbología. Tanto este acceso como el palacio de en­frente (en el que destaca un escudo de los Isla sobre una columna) son de excelentes materiales construc­tivos. Por diversos motivos habría que fecharlos en el siglo XVII..

Desde el interior del citado palacio se pasa a la torre que ocupa el extremo Norte del conjunto de edificacio­nes. La disposición, finalidad, proporciones y formas se corresponden con otras comarcanas. Mide casi siete me­tros de lado. Los vanos son pequeños y escasos: alguno adintelado y otros de arquillo de medio punto. En las cuatro plantas en que se divide destacan también algunas saeteras. La cubierta es de cuatro aguas. Excepto el silla­rejo de las esquinas el resto de los materiales es de es­casa calidad. Los elementos constructivos parecen demostrar una obra del Renacimiento.