Esto de las fotos es que es asombroso. Las haces, las guardas y el día que te decides a ponerlas, son otras.
¡Parece que está viva la iglesia! Con su carita de asombro ante el jardín que le han regalado. ¡Oh qué bello!, parece que exclamara.
¿No veis como sus muros se expanden, cómo las campanas se agitan como si sonarán? ¡Cómo tiembla la iglesia ante la ternura de unos ciruelos rojos y muchas rosas!