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Restos del Nogal y el nuevo, VILLALBURA

A mitad de camino entre Ibeas de Juarros y Arlanzón existen una serie de construcciones aisladas, a modo de chalets, que curiosamente se sitúan en terreno del pueblo de Zalduendo. Estas casas son una indicación de la ubicación de una antigua población llamada Villalbura (también conocida como Villargura o Villarbura).

Durante siglos el lugar tuvo una gran fama por la celebración en torno a la ermita de San Bernabé de una concurrida feria, coincidiendo con el día del santo. A la feria acudían numerosos tratantes y jornaleros en busca de ventas o trabajo, aprovechando la relativa cercanía tanto de Burgos como de las zonas serranas. Se habla incluso de la congregación de varios miles de personas.

Pero la costumbre más llamativa y característica era el ajuste de criadas sin trabajo y señores con casa, donde se contrataba a éstas para todo el año. Fueron varios periodistas que en el pasado reflejaron los detalles de esta peculiar actividad (entre ellos, Eduardo de Ontañón), que en ocasiones iba más allá de lo meramente profesional.

En paralelo a la feria se desarrollaba una romería en la que se veneraba a la Virgen de Villalbura. Junto a la ermita existía un gran nogal que jugaba un papel predominante en la romería, tanto que incluso la música se tocaba debajo del mismo. Durante la misma se entonaba un cantar que entre otras cosas decía:
“Virgen de Villalbura,
que bien pareces
con el nogal delante
lleno de nueces

La ermita sobrevivió al pueblo, como suele ocurrir muchas veces, pero tras la desaparición de las ferias y las romerías también la misma acabó en un montón de ruinas. Lo mismo ocurrió con el nogal… o casi. Todavía seguía vivo cuando Cesar Javier Palacios lo visitó para su inclusión en el libro “Árboles singulares de la provincia de Burgos” hace unos quince años. Por entonces mostraba ya un estado lamentable pero todavía daba nueces y lucía casi seis metros de perímetro de tronco.

Hace pocos años un fuerte vendaval acabó con lo poco que quedaba del nogal, quedando sólo parte del tocón…pero no acaba aquí la historia....

En 2011 una serie de agrupaciones y personas vinculadas al lugar, capitaneadas por la empresa EDUCACIÓN Y TIERRA, plantaron un pequeño nogal en el mismo emplazamiento. Son ellos mismos los que lo cuidan anualmente para que sirva de recuerdo de aquella tradición, perdida ya para siempre.