La
ermita de
Villangómez, situada a un kilómetro del
pueblo, en la ribera del
río Cogollos, se construyó a finales del siglo XVI. En ella se cultiva una gran devoción a la
Virgen de
Fuente del
Toro.
Hoy en día esta ermita, restaurada y perfectamente conservada, cuenta con una sola nave, con
espadaña y un
retablo clasicista con pinturas en el que se ven unas imágenes de la Virgen de Fuente del Toro, la Asunción, y
San Cosme y San Damián. Lo más destacado de este retablo, atribuido a un discípulo del pintor de la Corte de Felipe III, es el banco con relieves de los Evangelistas y un sagrario con una imagen de San Pedro y San Pablo y un "Ecce Homo" Reconstruida en el siglo XVII, aún conserva el
pórtico románico con espadaña en pie.