Hace pocos días estuve en Villadiego, recorrí sus calles, y los soportales donde a mediados de septiembre iba a que algún labriego me contratara para las tareas propias del otoño. Bajo los soportales y la pétrea mirada del ilustre FR Enrique Flórez, paseábamos los demandantes de trabajo, y nos dábamos a conocer entre sí, charlando sobre pueblos y amos. Los amos tambien paseaban sopesando la mercancía antes de dirigirse al eventual criado.- Esté demasiado joven, esté demasiado viejo, este demasiado ... (ver texto completo)