por Pedro Lozano
Huerta
Junto a la histórica Peña de
Carazo, que viene a significar Carrizo, y al sol de la mañana, esta
iglesia, dedicada a la
Santa Cruz, nos ofrece una estampa sencilla y antigua, construida en
piedra rojiza bien aparejada de la zona. Tiene
torre rectangular;
ábside recto con canes sencillos; y
portada clasicista de
arco moldurado, a base de dovelas. El interior presenta planta de tres naves con cabecera de
bóveda de cañón y el resto de tipo artesonado de madera sobre seis pilastrones cuadrados.
La
pila es
románica con gallones, anillo entrecruzado, pie cilíndrico con molduras y base cuadrada. El
retablo mayor es barroco con Santa Elena con la cruz y tablas de pintura del emperador Heraclio con cruz, a pie y a
caballo, Resurrección de un muerto, Santa Elena con cortesanos y
Calvario, todo del s. XVI. Otro barroco con lienzo de
Virgen vestida con Niño. Otro salomónico con Inmaculada. Otro con Crucificado en peana y
San Sebastián. Otro con San Roque,
santo obispo
gótico, San José con Niño y lienzo de Ánimas. Otro con Virgen del Rosario con Niño y San Antonio. Aparte, Crucificado de cofradía, Niño de la bola, Virgen sedente con Niño, s. XIII.
En orfebrería, dos
cruces, una de cobre con dibujos incisos, s. XIV, y otra repujada con
columnas en macolla, del s. XVI. Sagrario con pinturas del rostro de
Cristo y dos ángeles de pasión.