Por este huerto, por este camino me paseo cada día. Es mi ruta favorita si el tiempo no me lo impide. Si calienta el sol, me pongo a la sombra de los ciruelos. Si me canso, me siento en la piedra del final del trayecto. Sin tengo hambre cogo una ciruela directamente del árbol y la calmo. Este es y será mi paraíso. Gracias a la madre naturaleza.