NECRÓPOLIS DE
SANTA MARÍA DE TEJUELA
En las inmediaciones de Villanueva Soportilla, escondida entre un denso bosque de encinas y quejigos y casi en la orilla del Ebro se descubre una de las más señaladas y extensas necrópolis altomedievales de toda la provincia de
Burgos. Fechada entre los siglos VIII y XI, y sobre una visible plataforma rocosa, consta de un insólito edículo rodeado de numerosas tumbas, principalmente antropomorfas, excavadas en la
roca.
El venerable enclave, al que se accedía desde la zona habitada por una
escalera tallada en la roca, está presidido por un edículo excavado en un peñón de roca arenisca, que antes de servir de
iglesia a las gentes del poblado y de la necrópolis altomedieval pudo ser un antiguo eremitorio visigodo.
La necrópolis ocupa toda la extensión del promontorio rocoso –setenta metros de largo por unos veinticinco en su parte más ancha– y presenta unas 350 tumbas de distintas formas, tipos de construcción y cronología. Las excavadas en la
piedra son las de bañera y las antropomorfas. Las primeras son las más antiguas, siglos VIII y X, y están situadas más cerca del edículo y las segundas constituyen la tipología más abundante. En el extremo del
cementerio, fuera ya de la mole rocosa, aparecen las más modernas que fueron construidas con lajas de piedra durante el siglo XI y principios de la siguiente centuria.
Durante la segunda mitad del siglo IX, estas tierras burgalesas inmediatas al Ebro, que estaban protegidas de las razzias y aceifas de los musulmanes por el propio curso del Ebro, las escarpadas sierras de los
Montes Obarenes y el cercano paso de Lantarón, fueron repobladas, bajo el auspicio de los monarcas astures, por gentes foramontanas llegadas de las
montañas situadas más al norte. A esa oscura época de la
historia de la Castilla más primitiva pertenece el conjunto arqueológico del poblado y la necrópolis de Santa María de Tejuela.
Cómo llegar
Desde Burgos y por la AP-1 hay que enlazar, tras pasar Pancorbo y su desfiladero, con la BU-525, antigua
carretera de Bilbao. Siguiendo esta y unos pocos metros antes de llegar al
puente que cruza el
río Ebro en
Puentelarrá se localiza, a la izquierda de la carretera, una señalizada pista de tierra apta para cualquier tipo de vehículos que conduce a la entrada de la necrópolis. Pero lo mejor es acercarse caminando, siguiendo las indicaciones del GR-99:
Camino Natural del Ebro.