En referencia a estas
fotografías del
pueblo de
Villasandino, que es el mío, sólo puedo decir que son maravillosas y que despiertan en mí un sentimiento de admiración y de emoción. Para mí son evocadoras de grandes y vivos recuerdos que llevo íntimamente grabados en el alma.
So recuerdos de mi infancia, sencillos, vivos, agradables y permanentes. Al contemplarlas se me ha dilatado el alma y no he `podido por menos que exclamar: " Cuánta belleza en estas
piedras ".
No son piedras muertas, ni antiguas
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