No se dispone de
información detallada referida a esta zona en concreto y a sus habitantes en fechas anteriores a la repoblación y la Reconquista, salvo que debió de ser solar de tribus cántabras y autrigonas romanizadas, y que antes de afianzarse el nombre de "Castilla", se conocía como Bardulia, según refiere la Crónica de Alfonso III: "Bardulia, que nunc appellatur Castella". Debió de ser a mediados del siglo ix cuando los cristianos que habían sido empujados al norte de la Cordillera Cantábrica con la invasión musulmana, empezaron salir de sus
refugios septentrionales para ocupar el
valle del Ebro construyendo las fortificaciones que dieron nombre a esta tierra. Aprovechando la debilidad del emirato de
Córdoba, el rey Ordoño encargó a Rodrigo de Castilla —quien terminaría por ser el primer conde castellano— la expansión y repoblación del reino astur en sus confines orientales.