Mi abuelo y mi abuela, que eran agricultores y pequeños ganaderos, tenían una
casa en la falda de la pequeña colina donde estaba situada la
iglesia. Allí se casaron y criaron a sus hijos, una de ellas mi madre. Yo de pequeño veraneaba en
villarias y era un
pueblo precioso y tranquilo, muy tranquilo.
Me produce una inmensa tristeza ver lo que han hecho, con lo que fué un día Villarias.
un saludo desde Catalunya