La excavadora se ha llevado por delante el
edificio emblemático de los agropecuarios meneses. Como si el edificio no quisiera irse solo llamó a los pocos días a su primer secretario y juntos han emprendido el
camino a ninguna parte. Pero tanto el edificio como su secretario han entrado en la
historia del
valle, que es un club muy selecto: solo permite socios con rango de buenos meneses.
En ese club de la historia menesa está también Julián
San Pelayo que creó en 1910 el sindicato agrícola del valle de Mena, la antesala de la Cámara Agraria.
Y también este hombre escribió “Noticia histórica del Noble y Real Valle de Mena” 1892, la antesala de todos los libros que hasta ahora se han escrito sobre el valle.